Los expertos dicen que para el año 2030, las enfermedades mentales serán la principal causa de discapacidad de las personas. Y dentro de estos trastornos, la ansiedad juega un papel fundamental. Se puede definir como la sensación de miedo, preocupación o inquietud que la mayoría de las personas experimenta ocasionalmente.

Es normal sentir ansiedad ante determinados acontecimientos de nuestra vida. El problema se genera cuando se produce de forma continua o cuando se desencadena en situaciones que no tendrían por qué ser objeto de una conducta ansiosa y puede ocasionar graves prejuicios en la vida de una persona.

Mural ansiedad

Precisamente, estas situaciones o eventos que producen un gran estrés son los llamados desencadenantes de ansiedad. Aunque no siempre es posible evitar estos desencadenantes, existen técnicas que las personas pueden usar para controlar su ansiedad en ciertas situaciones. Pero, lo primero de todo, es identificarlos y poder poner remedio antes de que sucedan. Los siguientes son algunos de los desencadenantes más comunes.

Beber demasiada cafeína

Las bebidas con cafeína, tomadas en exceso, pueden desencadenar la ansiedad al aumentar los niveles de epinefrina en el cuerpo. La epinefrina es una hormona que, antropológicamente, ha servido al hombre para poner en marcha una respuesta de lucha o huida. Pero cuando la situación real no requiere de estas respuestas, puede provocar una alteración en el estado de ánimo.

Miedo a una situación que puede terminar en fracaso

Un examen, una entrevista de trabajo, una prueba… algunas personas viven este tipo de experiencias de una forma traumática. Una cosa es sentir nervios y otra sentirse paralizado, aumentar drásticamente el ritmo cardiaco o sufrir alteraciones en la respiración. Ante este tipo de casos, hay que pedir ayuda médica.

Socializar

Algo tan común y en principio sencillo como socializar, puede convertirse en un verdadero tormento para algunas personas. Cuando tienen que acudir a un lugar donde no conocen a nadie o tienen que relacionarse,  pueden generarse situaciones de una gran violencia interior. Es importante conocer la sintomatología para poder poner remedio antes de la situación.

Una situación de intimidación

Es inevitable que a lo largo de la vida de una persona, sufra algún episodio de intimidación por otros. En la escuela, el trabajo, el ocio, la práctica deportiva… Lo importante es cómo gestionar este escenario para no dejarse vencer por el miedo.

Los cambios en la vida

Es inevitable enfrentarse a nuevas situaciones: ser padre, cambiar de trabajo o afrontar un duelo. Pero hay personas que lo viven con un gran sentimiento de dolor y ansiedad, que puede derivar en una depresión profunda.

Lágrimas

Cada uno debe encontrar sus desencadenantes, que se identifican rápidamente por las sensaciones que recorren el cuerpo de una persona. En estos casos, hay diferentes opciones de tratamiento. En primer lugar, las psicoterapias con especialistas para tratar estas situaciones y aprender herramientas para enfrentarse a ellas, desde técnicas de relajación a patrones de comportamiento que faciliten la aceptación de lo que está ocurriendo.