La práctica del cuckolding es la de una especie de cornudo o cornuda por gusto. Es decir, consiste en que una persona disfrute mientras su pareja tiene relaciones o fantasea con otra persona de una forma consentida.
Desde un punto de vista psicológico, siempre se ha considerado a la persona a la que ponían los cuernos como alguien humillado o degradado, pero lo cierto es que algunos obtienen un gran placer al experimentarlo. Existen diversos grados, no siempre consiste en ver a la pareja tener relaciones sexuales con otra persona.
A veces, simplemente se basa en escuchar al otro hablar sobre las fantasías de la pareja narrando cómo le apetece tener sexo con otras personas, o sobre sus encuentros sexuales previos. Otros disfrutan viendo al otro ligar con alguien, o escuchando una conversación subida de tono.
Según los sexólogos, las razones por las que se puede obtener placer sexual de esta práctica son muchas. Los cuernos pueden ser un espacio seguro para que algunos liberen deseos sexuales profundos y lleven una relación sexual más lúdica, poderosa y emocionalmente íntima. Algunos disfrutan de ser humillados sexualmente, lo que puede estar relacionado con el juego de dominación/sumisión.
Poner los cuernos de forma consentida requiere un cierto nivel de confianza y comunicación entre la pareja, lo que para algunos puede servir para profundizar y fortalecer la intimidad en una relación. Además, los cuernos involucran juegos de fantasía, lo que puede hacer que el sexo sea una experiencia mucho más intensa y placentera.
Cada pareja lo puede hacer de diferentes maneras, las reglas no están escritas. En ocasiones son siempre los mismos los que tienen relaciones con otros mientras la pareja mira. Pero a veces los roles se pueden cambiar.
Para algunas parejas la monogamia provoca aburrimiento sexual y esta práctica puede llevar a una revitalización de la relación. Pero hay que tener cuidado, porque las cosas se pueden complicar y este juego de poder se vuelve contraproducente, empujando a las personas a traspasar sus límites sexuales y psicológicos. En ocasiones, muchos descubren con la práctica que no es una situación ideal para ellos.
Por eso, quienes se lancen a practicar el cuckolding deben tener claro que todas las partes involucradas estén interesadas en vivir la experiencia y debe haber mucha comunicación entre ellos. Porque los cuernos pueden provocar muchos sentimientos encontrados, sobre todo para los principiantes. Las parejas que quieran llevarlo a cabo, deben asegurarse de que su relación no tenga sus raíces en los celos, porque puede acabar muy mal.
Los sexólogos aconsejan establecer límites y palabras seguras para parar cuando sea necesario. Todos los involucrados deben estar en la misma onda y conocer su papel en el acto sexual. Si alguien no se siente cómodo o quiere detenerse, hay que respetarlo, porque los cuernos no valen para todo el mundo, aunque para algunos pueda ser una experiencia muy gratificante y placentera.