La crisis de los cribados por el cáncer de mama en Andalucía ha provocado una ola de angustia entre las mujeres catalanas que ha multiplicado por 20 el número de llamadas a los centros hospitalarios y las oficinas que hacen el cribado, según ha avanzado este sábado el programa "El suplement" de Catalunya Ràdio. Uno de los principales centros de cribado de cáncer de mama en Catalunya, el Institut Català d'Oncologia, ha pasado de recibir 3 o 4 llamadas al mes a recibir más de un centenar a raíz del fallo de comunicación de los resultados de las mamografías en los hospitales andaluces, principalmente el Virgen del Rocío de Sevilla, que afectaron a 2.317 mujeres en la comunidad. El director del área asistencial del Servei Català de la Salut (SCS), Ignasi Carrasco, ha dicho en una entrevista en el programa, que las mujeres catalanas pueden confiar en el sistema: "Es normal que tengan esta inquietud con la avalancha de noticias que ha habido en las últimas semanas, pero pueden estar tranquilas". El incremento de las consultas de las pacientes son para saber cuándo tendrán los resultados, qué deben hacer después de recibirlos y cómo pueden entrar en el programa de cribado.
Ignasi Carrasco ha insistido en el hecho de que el programa catalán de cribado para el cáncer de mama funciona bien y ha dicho que ya hace más de 20 años que existe y que "ha dado los resultados que ha dado". El cribado que se hace en Catalunya es poblacional, es decir, se hace a todas las mujeres de entre 50 y 69 años, sin distinguir antes si tienen señales de tener un posible tumor, lo que provoca que solo el 0,5% acaben teniendo un cáncer de mama. Cada año, más de 400.000 mujeres reciben una carta que las invita a hacerse una mamografía preventiva en el Sistema Público de Salud dentro del programa de detección precoz del cáncer de mama, y un 66% se la hacen. Si el resultado es normal, se notifica por carta y le anuncian que la volverán a convocar para una revisión al cabo de dos años. Si se detectan resultados dudosos, se invita por teléfono a hacer una mamografía o pruebas adicionales, que en caso de mostrar alguna alteración benigna acaban programando revisiones al cabo de seis, 12 o 18 meses. Si se detecta un cáncer, la mujer es derivada directamente a hacerse las pruebas adecuadas y, si se confirma, se inicia el proceso en el hospital.
Reducción de desigualdades en salud
En palabras de Ignasi Carrasco, el programa de cribado es un éxito, ya que en los últimos 20 años ha ayudado a reducir la brecha de mamografías preventivas en las mujeres de diferentes grados de estudios. En 1994, las mujeres con estudios primarios se hacían mamografías de repetición en un 24%, y las mujeres con estudios universitarios se las hacían en un 50% de los casos. Ahora, estos números han crecido hasta el 85,9% en el caso de las mujeres con estudios primarios, y hasta el 92% en el caso de las mujeres con estudios universitarios. Según Carrasco, los datos evidencian que los programas de cribado "son herramientas que han ayudado a reducir las desigualdades en salud". El departamento de Salud encara la digitalización del servicio y espera, en los próximos meses, poder publicar también los resultados de las mamografías en La Meva Salut, el servicio en línea del SCS.