Con las noticias negativas que nos llegan cada día, lo normal es sentirse apesadumbrado y pesimista. Los acontecimientos de este 2020 están siendo extraordinariamente difíciles, por eso se están disparando los casos de ansiedad entre la población.
En estas circunstancias, ser optimista no es sinónimo de ignorar lo que está sucediendo, sino de centrarse en la búsqueda de soluciones y no enredarse con pensamientos circulares que no llevan a ningún sitio. A veces, los contratiempos con el paso del tiempo pueden aportar enseñanzas en la vida de las personas y cambios necesarios.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Boston ha concluido que los hombres y las mujeres con los niveles más altos de optimismo tenían un promedio de vida de entre el 11% y el 15% mayor. Generalmente son personas que tienden a fijarse objetivos en la vida y sienten la confianza de que los pueden alcanzar. Además, suelen llevar una serie de hábitos de vida saludables, con unos horarios razonables, una dieta más equilibrada y la práctica constante de ejercicio.
Solo el 25% de nuestro optimismo está programado por nuestros genes, y el resto lo debemos entrenar para implementarlo. Es decir, que podemos lograr con esfuerzo y dedicación, ser más optimistas. Estos son algunos consejos para lograrlo.
Fijarse unos objetivos en la vida
Establecerse unas metas determinadas que permitan mantener la ilusión por avanzar es fundamental para la salud mental de las personas. Planificarse y tener un motivo para realizar esfuerzos es uno de los secretos de la felicidad.
Sentirse agradecido
Cultivar el sentimiento del agradecimiento puede dar un impulso al estado de ánimo. La gratitud tiene consecuencias en nuestro cerebro, potenciando la esperanza y la felicidad. Es bueno encontrar unos minutos al día y establecer una rutina para sentirse agradecido.
Dormir lo suficiente
Los adultos necesitan dormir una media de entre seis y ocho horas al día. Por debajo de esa cifra, puede afectar de forma notable al estado de ánimo. El mejor consejo es iniciar una rutina y repetirla cada noche y acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluidos los fines de semana.
Evitar los pensamientos circulares
Los pensamientos circulares son aquellos que se repiten constantemente, no ofrecen ninguna salida y generalmente tratan de culpabilizarnos a nosotros mismos, o a otros, de lo que está sucediendo. Es mejor evitarlos tratando de desviar la atención de nuestra mente.