Cuidar la salud mental es imprescindible ante una situación de crisis como la del coronavirus, un reto que se agranda en el caso de sanitarios, enfermos, familiares y quienes tengan trastornos previos. Los psicólogos se vuelcan para ayudarlos con recursos online y gratuitos. Estos son algunos de sus consejos.

Algunos municipios han puesto en marcha teléfonos de atención -Tres Cantos y Boadilla del Monte, en la Comunidad de Madrid-, profesionales han ofertado ayuda gratuita o rebajas de tarifa a través de Twitter y el Colegio Oficial de Psicología de Madrid ha ofrecido a las autoridades sanitarias dar asistencia gratuita a los colectivos vulnerables, personas en cuarentena y sanitarios.

El objetivo es dar herramientas para gestionar emocionalmente una crisis sin precedentes y con el miedo y la incertidumbre como ingredientes principales.

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Lo explica a Efe el decano del Colegio de Psicólogos de Madrid, Fernando Chacón, que ha ofrecido su institución para coordinar a los colegiados que quieren dar atención durante esta crisis del coronavirus. Tienen experiencia, pues ya estuvieron presentes tras los atentados del 11 de marzo o accidentes aéreos.

Sanitarios y personas en cuarentena

Un colectivo en riesgo son los sanitarios, obligados a tomar decisiones difíciles como, por ejemplo, priorizar pacientes en medio de exigentes jornadas.

Una situación novedosa, con incertidumbre y sin tiempo para adaptarse que genera ansiedad, explica a Efe el psicólogo clínico Vicente Prieto, quien da dos máximas: "ventilar" las emociones, hablando al respecto con interlocutores "válidos" -personas de confianza o profesionales- y "validarlas", sabiendo que no se es un "mal profesional" por sentir ansiedad, angustia o miedo.

Este psicólogo aconseja "cambiar de registro" al salir del centro sanitario, con familia y ocio y también darse "pequeños paréntesis" en la jornada laboral, bajando el nivel de ansiedad respirando de forma abdominal, bajando la temperatura con agua fría o dando paseos.

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Además, en una situación en la que se suma el miedo a contagiarse pero también a contagiar, es necesario pedir ayuda si así se requiere, una asistencia que Prieto ve imprescindible en los sanitarios con menos experiencia.

La situación de confinamiento es también complicada para quienes están en cuarentena por haber dado positivo en coronavirus, o tener síntomas, lo que les obliga a aislarse de sus familiares incluso en su propia casa.

A la soledad del aislamiento se une la preocupación por el propio estado de salud. Fernando Chacón recomienda mantener el contacto por vía telefónica o telemática, comunicar lo que les ocurre e intentar evitar pensamientos recurrentes.

El duelo de los familiares y los casos de ansiedad

Especialmente difícil es la imposibilidad de hacer velatorios a los fallecidos. "El duelo cuando no se ve el cadáver, cuando no se puede uno despedir del familiar es mucho más doloroso", señala Chacón.

El decano recomienda hacer, cuando sea posible, una ceremonia y de despedida y mientras tanto dar apoyo a distancia a los familiares, trasmitir recuerdos del difunto y despedirse colectivamente, aunque sea en la distancia.

Además, también se pueden ver agravados trastornos como la ansiedad, la claustrofobia o el trastorno obsesivo compulsivo o la hipocondría. "Cualquier persona con una enfermedad mental tiene menos recursos para enfrentarse a una situación de cambio", explica Chacón.

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Ante la sensación de ahogo que puede producir la ansiedad recomienda técnicas de relajación y sobre todo distraer la mente para alejarla de pensamientos recurrentes sobre la enfermedad, el contagio o la obligatoriedad de quedarse en casa.

Rutina, ejercicio y ocio para afrontar el confinamiento

La recomendación general a todos los que están en casa es establecer una rutina con espacio para el ocio y el ejercicio; informarse por canales oficiales y no sobreexponerse a las noticias sobre el coronavirus.

También mantener el contacto con familia y amigos, por teléfono o por internet, intentando, eso sí, no hacer de la epidemia un monotema.

La psicóloga sanitaria y forense Timanfaya Hernández señala a Efe que es necesario "controlar mucho y gestionar bien nuestros pensamientos", ser "precavidos" al identificar pensamientos que se dan "de forma intrusiva y continuada" para contestarse "desde la racionalización" - "¿qué tiene de cierto esto?"; "¿qué puedo hacer para mejorarlo?" y con mensajes de calma.

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Aunque no se sepa cuánto durará este estado de alarma "debemos saber que esto tiene un tiempo limitado", agrega.

Lo tendrán más fácil, señala el psicólogo Miguel Herrero, "las personas que tienen aficiones" porque se pueden distraer con más facilidad.

Y si nada de esto funciona, es necesario pedir ayuda, a la red de confianza y a los profesionales.

La terapia online es ya un hecho para quienes no se pueden desplazar o viven fuera de España. "Tenemos la suerte de contar con herramientas que en otros momentos no hubieran existido, aprovechemóslo, la inteligencia tiene que ver también con cómo nos adaptamos", señala Hernández.

Hablar del virus a los niños

Todos los psicólogos coinciden en la importancia de hablar con los niños de la situación. Es necesario adaptar el lenguaje y el mensaje a sus edades. Para lograrlo el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid ha editado un cuento, 'Rosa Contra el Virus. Cuento para explicar el coronavirus y otros posibles virus', adaptado a niños de entre 4 y 10 años.

Y es que, explica Hernández, desde los 3 años y medio y los 4 años "empiezan a tener capacidad para entender las cosas y generar preguntas" y debe "haber un espacio para que puedan resolver las dudas que tienen" e incluso preguntarles.

"Es alucinante cómo contestan, son divertidísimos, tienen una capacidad de adaptación muchas veces superior a los adultos", agrega la vicesecretaria del Colegio de Psicología, que pide ser cuidadosos con lo que se dice en voz alta o con la televisión porque "absorben todo". También los nervios de los madres y padres.

Para los más pequeños también se receta rutina. Es "fundamental en sus vidas", explica a Efe Silvia Fernández, integrante del programa de ayuda psicopedagógica puesto en marcha por Tres Cantos mediante correo electrónico.

Su día a día actual no se parece a nada que hayan vivido anteriormente, porque cada jornada "parece un fin de semana, pero sin el ocio y la atención plena de unos padres que deben teletrabajar", algo que aumenta el desconcierto, por lo que es necesario pautar tiempos, por ejemplo, para las tareas escolares.

¿Y el día después?

Dependerá en gran parte de la duración del estado de alarma y de las consecuencias que tenga, pues está en juego el empleo, una preocupación "coherente" que complica aún más estos días.

"Después de un periodo relativamente corto volver a la normalidad es fácil, es parecido a cuando vuelves de vacaciones", explica Herrero, que cree que "habrá gente que cuando recuperemos la normalidad se encontrará bien rápidamente, probablemente en general".

Superar el trauma, agrega Fernando Chacón, "va a depender de las competencias y del apoyo social" por lo que hay que tener "especial cuidado" con las "personas aisladas y sin red social" y también con los sanitarios, pues después de "tirar por la tensión" pueden tener un "bajón" no solo "anímico sino también físico".