Con la ilusión con la que comenzó 2021, muchas personas se pusieron manos a la obra para hacer una lista de propósitos que llevar a cabo en este nuevo año. Pero tras estas primeras semanas tan duras y lo que viene por delante, es más que normal que algunos ya se hayan desmotivado. No es raro, se calcula que el 80% de las personas las abandonan. Y no a mediados de año, no. A finales de enero.

Uno de los principales errores es ponerse expectativas demasiado altas que no tienen que ver con el día a día de las personas y son difíciles de llevar a cabo. Al final, abrumados por la carga de hacer cambios radicales en el estilo de vida basados ​​en expectativas poco prácticas, muchos se rinden.

Ensalada césarTener expectativas demasiado altas provoca que mucha gente se derrumbe en sus propósitos

Para evitar esta circunstancia, a mediados de este mes es bueno hacer una revisión de las resoluciones que decidimos adoptar en el subidón de alegría de fin de año para bajarlas un poco a la realidad. No hay nada de malo en rebajar expectativas y en empezar de nuevo para proponer otros propósitos más sólidos y llevaderos.

Uno de los mejores consejos es realizar cambios que no sean demasiado disruptivos en relación con los hábitos que ya tenemos. Por ejemplo, levantarse una hora antes de ir al trabajo para hacer ejercicio todos los días para algunas personas puede suponer un reto fácil para algunos pero muy complicado para otros, porque si durante los últimos años se ha estado siempre levantando una persona a la misma hora, es difícil romper la rutina y el cuerpo no estará acostumbrado.

Otro ejemplo. Igual comenzar una dieta estricta en este mes de enero con las semanas difíciles que tenemos a continuación y cuando no sabemos todavía qué tipo de resoluciones respecto a la pandemia van a tomar las autoridades, es demasiado complicado. Pero se pueden hacer cambios más leves como por ejemplo reemplazar alimentos menos saludables por otros que nos ayuden a bajar peso, incluso en comidas a las que nos parece imposible renunciar. Sustituir por ejemplo la canela en el azúcar al tomar leche por las mañanas, probar a hacer las comidas que más nos gustan con otros ingredientes (pizzas con base de coliflor, brownies con cacao puro en lugar de barritas de chocolate), realizar mejoras no disruptivas en nuestros hábitos poco saludables y aprovechar nuestros hábitos saludables existentes.

Y si solemos pedir comida a domicilio, hoy en día –y sobre todo desde de la pandemia– se ha desarrollado un mercado de este tipo de productos que incluye opciones muy saludables y apetitosas. Solo hay que ponerse a buscar. Una vez hayamos hecho estas sustituciones siguiendo nuestras costumbres, habremos logrado resultados y después podemos seguir dando pasos e ir avanzando.

FrutasSer imaginativo a la hora de pensar en cómo se puede comer sano sin que resulte poco apetecible, es bastante sencillo

Por último, también hay que fijarse en el aspecto de las inversiones. Entre el dinero que dedicamos a nuestros hobbies, podemos incluir de vez en cuando opciones que estén destinadas a productos o actividades que sean buenas para nuestra salud. Igual podemos renunciar a algo y comprarnos una pulsera de hacer ejercicio si nos motiva a andar más. O incluso a una bicicleta estática si nos da mucha pereza ir al gimnasio o no se puede debido a la pandemia –se puede hacer hasta viendo la serie favorita en la tablet o el móvil–. Pesas, cintas extensoras, bloques… las posibilidades son muchas y los vídeos que existen en Internet más aún. Jamás lo habíamos tenido más fácil.