Despertarse en medio de la noche es bastante habitual. Un alto porcentaje de la población lo experimenta y no tiene ninguna consecuencia en su vida, porque generalmente vuelve a dormirse inmediatamente y el descanso es reparador. Sin embargo, hay personas que lo sufren con mucha frecuencia y, además tardan mucho tiempo en volver a conciliar el sueño.

Teniendo en cuenta que dormir es una función necesaria que ayuda a restaurar el cuerpo, cuando existen tantas interrupciones y durante intervalos más amplios, las personas pueden experimentar perjuicios para su salud, incluida su función cognitiva

Despertador

Este problema suele producirse por diferentes causas. Una de ellas es la apnea del sueño, de la que muchas veces la propia persona no es consciente. De hecho, se suelen experimentar los síntomas durante el día: cansancio, dolores de cabeza, dificultad para concentrarse e incluso depresión si no se trata de forma adecuada. En estos casos, lo más adecuado es acudir al médico. Se puede optar por usar dispositivos para abrir las vías respiratorias o incluso recurrir a la cirugía. Pero aun así, lo más adecuado es bajar de peso, hacer ejercicio y cambiar los hábitos de vida.

La ansiedad y la depresión pueden ser también motivos de despertares nocturnos. Generalmente, porque provocan pensamientos circulares y trastornos de angustia que dificultan el sueño. También en estos casos se ha de tener cuidado, porque a veces la automedicación puede ser peligrosa. Lo conveniente es acudir a un especialista que combine un tratamiento farmacológico con fecha de caducidad y una terapia que mejore las patologías preexistentes. Lo que sí se puede intentar es llevar a cabo cada noche técnicas de relajación que pueden servir de ayuda. Darse un baño, escuchar música relajante, hacer ejercicio regularmente, crear un ambiente tranquilo en el dormitorio…

Otra de las posibles causas es la excesiva micción nocturna. Algunas personas tienen este problema debido a un embarazo, por ejemplo, o una afección subyacente, como la prostatitis, la diabetes, el prolapso de la vejiga o la vejiga hiperactiva. El tratamiento depende de las causas de la necesidad de orinar por la noche, pero algunos consejos son, además de limitar la ingesta de líquidos antes de acostarse, tomar medicamentos por la mañana en lugar de por la noche, si es posible, y no consumir alimentos picantes en la cena.

Los terrores nocturnos suelen afectar a los niños, pero también hay adultos que los padecen. Pueden producir continuas pesadillas que interrumpan el sueño y provoquen una sensación de angustia que impida conciliar el sueño de nuevo. En estos casos, además de intentar técnicas de relajación por la noche, lo más aconsejable es acudir a un especialista porque generalmente la causa es psicológica.

Desvelada

En aquellos casos en los que no hay una causa subyacente, algunos consejos interesantes son los siguientes. Reducir o eliminar la luz por la noche, evitar los dispositivos electrónicos en el dormitorio, colocar el despertador lejos de la cama, mantener un horario de sueño constante, no comer alimentos pesados ​, evitar los estimulantes antes ir a la cama o consultar con el médico posibles cambios en la medicación.