El azúcar es un alimento adictivo, tal y como ha demostrado la ciencia en infinidad de ocasiones. Su sabor nos resulta muy placentero y nos hace sentir bien emocionalmente. Por eso, nos cuesta tanto apartarlo de la dieta y las grandes empresas de alimentación han añadido en los últimos años una gran cantidad de azúcar en los productos.

Durante el confinamiento, los hábitos alimenticios de muchas personas han empeorado, entre otras cosas por los cambios de horario y el aumento de la ansiedad que se ha vivido en una época tan difícil. Estos son algunos consejos para ir deshabituándonos al azúcar en nuestra alimentación.

En primer lugar, hay que tener claro que se debe reducir el consumo de azúcar, porque no es bueno para la salud. Por lo tanto, hay que estar convencidos de hacerlo y llevar a cabo una planificación.

GalletasGalletas

Es importante saber que si se toma mucho azúcar, cuesta dejarlo, porque el cerebro se ha acostumbrado a su sabor. Además, es un alimento que generalmente se utiliza como recompensa cuando hay ansiedad o depresión. El azúcar activa los circuitos neuronales y libera la producción de las hormonas del placer, la serotonina y la dopamina. De hecho, cuando alguien deja de comer azúcar se producen efectos similares a cuando las personas dejan las drogas como agotamiento, dolores de cabeza e irritabilidad. Algunas personas incluso tienen problemas gastrointestinales.

Si durante los primeros días, se siente tristeza es lo normal, pero hay que pensar que se trata de una fase hasta que nuestro organismo se acostumbre a los niveles ahora bajos de glucosa, dopamina y serotonina. Este periodo suele durar aproximadamente una semana.

Hay que identificar cuáles son los productos que consumimos que contienen más azúcar. A veces está en alimentos que no nos parecen que tengan tanto azúcar, como los yogures de sabores o las salsas.

Es necesario establecer una dieta planificada. Por lo tanto, no hay lugar para la improvisación. Los domingos por la tarde, por ejemplo, hay que sentarse y establecer el menú de la semana, incluidos los tentempiés a lo largo del día evitando los productos más azucarados.

DulcesDonuts y chocolates 

Es bueno fijarse en los beneficios que se empiezan a producir a partir de la primera semana, como la recuperación de la energía, por ejemplo. Normalmente desaparece también la sensación de necesitar comer continuamente. Además mejora el estado de la piel, porque la inflamación disminuye y se fortalece la formación de elastina y colágeno y la calidad del sueño, porque los alimentos ricos en azúcar reducen el grado de sueño de ondas lentas (SWS), el sueño reparador que consolida los recuerdos y la información aprendida a lo largo del día.

Optar por este tipo de alimentos para cuando tengamos más hambre que nos sacien pero que no nos aportan tanto azúcar: cereales integrales ricos en fibra, yogures griegos, frutos secos y frutas con índice glucémico bajo