Las enfermedades cardiovasculares se han convertido en una plaga en todo el mundo occidental. En Europa, causan la muerte de casi 2 millones de personas anuales, lo que supone más de un tercio del total de fallecimientos. Los países que menos cifras presentan son Irlanda, Dinamarca, Francia, Reino Unido, Holanda y Bélgica. En cambio, Bulgaria, Rumania, Letonia, Lituania, Estonia y Hungría están a la cabeza en esta clase de muertes.

Dentro de este tipo de enfermedades, los ataques cardíacos siguen siendo la principal causa de fallecimiento. La buena noticia es que se estima que el 80% de las enfermedades del corazón y hasta el 90% de los infartos podrían prevenirse con un estilo de vida más saludable.

Operación

El sedentarismo, la obesidad, los altos niveles de colesterol, la hipertensión, el tabaquismo y la diabetes son los principales factores causantes de una una enfermedad cardiovascular. Estos son algunos consejos para hacerles frente y mejorar la salud del corazón.

Sedentarismo

Un bueno consejo para volverse activo es adquirir una rutina de ejercicio físico. La Organización Mundial de la Salud recomienda que los niños y los adolescentes de entre 5 y 17 años practiquen al menos 60 minutos diarios de actividad física. La intensidad debe ser de moderada a intensa y principalmente aeróbica. En el caso de los adultos sería adecuado practicar 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada o 75 minutos de ejercicio intenso. Andar a paso ligero, practicar natación, hacer bicicleta, bailar…

Una alimentación sana

La dieta mediterránea ha demostrado su eficacia para enfrentarse a estas patologías. Consiste en la prevalencia de alimentos de origen vegetal, mínimamente procesados y estacionales, preferentemente frescos; fruta fresca como postre típico diario; consumo ocasional de dulces; aceite de oliva como principal fuente de grasa; un consumo bajo o moderado de productos lácteos (principalmente queso y yogur), así como de pescado y de aves; consumo de huevos semanal; carne roja en pequeñas cantidades; y un consumo bajo o moderado de vino, habitualmente durante las comidas.

El tabaco

Entre otras cosas, el tabaco acelera la frecuencia cardiaca, eleva la presión arterial y aumenta el riesgo de hipertensión y de obstrucción de las arterias. Según el Comité Nacional para la prevención del tabaquismo, la incidencia de la patología coronaria en los fumadores es tres veces mayor que en el resto de la población. Las posibilidad de padecer una enfermedad de corazón es proporcional a la cantidad de cigarrillos fumados al día y al número de años en los que se mantiene este hábito.

Tabaco

El colesterol alto

Los niveles altos del colesterol malo (LDL) pueden ser otro de los principales factores que pueden tener consecuencias nefastas para tu corazón. Para combatirlos, es necesario seguir una alimentación rica en verduras, hortalizas, fruta y pescado. Y combinarlo con la práctica de ejercicio.

La tensión arterial

Se debe seguir un control periódico. Si la presión arterial es demasiado elevada y supera los 13,5/8 mm/Hg de máxima y mínima respectivamente, hay que ponerse en manos de un especialista. El tratamiento, además del farmacológico, consiste en evitar en lo posible la sal y los alimentos que la contienen en exceso, restringir el consumo de grasas saturadas y grasas trans, y practicar ejercicio aeróbico. Estos mismos consejos sirven también para su prevención.