Hoy es el Día Mundial contra el Cáncer y las cifras indican que los malos hábitos de vida están provocando un aumento de la incidencia de casos en la población. En Catalunya, en 2018 se produjeron 36.500 nuevos casos. Por eso, un año más, es importante subrayar que uno de los aspectos más importantes en la lucha contra esta enfermedad es la prevención. Son cuatro los ejes sobre los que asienta un estilo de vida saludable que reduzca las posibilidades de padecer cáncer: dieta sana, ejercicio físico, no fumar y no tomar alcohol. Si se siguen estas cuatro reglas, los estudios apuntan a que se podrían prevenir un 30% de los casos.

En lo que respecta al ejercicio físico, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos de 18 a 64 años dediquen como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica, de intensidad moderada; bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana o una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas. Y no sólo como prevención. Recientemente, la Sociedad Clínica Oncológica de Australia publicó un estudio en el que se demostraba cómo el ejercicio físico producía beneficios en aquellas personas que padecían diferentes tipos de cáncer, contrarrestando los efectos adversos de la enfermedad y de las terapias para su curación.

Según la OMS, para los adultos la actividad física consiste en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos a pie o en bicicleta), actividades ocupacionales (es decir, trabajo), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias.

Para todas aquellas personas que llevan mucho tiempo sin ejercitarse, lo más adecuado es empezar poco a poco. Cuando la OMS habla de 150 minutos se refiere al total de cada semana, e incluye la posibilidad de dedicar a esas actividades intervalos más breves, al menos de 10 minutos cada uno (menos de eso no sería efectivo), espaciados a lo largo de la semana. Por ejemplo, 30 minutos de actividad de intensidad moderada cinco veces a la semana. Y se puede empezar con 10 minutos de caminata tres veces al día o solo dos, por la mañana y por la noche.

Una vez se haya iniciado la práctica, y con el fin de obtener aún mayores beneficios para la salud, se puede aumentar hasta 300 minutos por semana la práctica de actividad física moderada aeróbica, o bien hasta 150 minutos semanales de actividad física intensa aeróbica, o una combinación equivalente de actividad moderada y vigorosa. También es interesante realizar dos veces o más por semana el fortalecimiento de los grandes grupos musculares.

Siguiendo estos consejos, además de prevenir la aparición de enfermedades oncológicas, los estudios demuestran que se produce una reducción de la posibilidad de sufrir accidentes cardiovasculares, fracturas y obesidad. En definitiva, que merece la pena dedicarse unos minutos al día para invertir en nuestra salud y futuro.