Los mechones del cabello se construyen a partir de los aminoácidos que provienen de los alimentos y conservan los rastros químicos de la proteína que los contienen. Este simple hecho ha llevado a un equipo de científicos de la Universidad de Utah a analizar múltiples datos acerca de una población en función de su dieta, como su estado socioeconómico, y los factores de riesgos asociados para su salud analizando los isótopos de sus cabellos.

El estudio se ha publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Según explican los investigadores, a medida que los alimentos se descomponen en aminoácidos, los isótopos presentes en los alimentos, incluidos los de carbono y nitrógeno, llegan a todas las partes del organismo, incluido nuestro cabello.

Cabello de hombre

Cabello de hombre

Lo mismo ocurre con el agua, que tiene diferentes proporciones de oxígeno e isótopos según la geografía en la que se encuentre. De esta manera, analizándose la composición isotópica del cabello se pueden rastrear los viajes de una persona, en función de los isótopos del agua que beben. Lo mismo ocurre con los animales.

El maíz forma parte de un grupo de plantas entre las que se incluye la caña de azúcar cuya fotosíntesis es diferente a otro grupo de plantas, entre las que se incluyen las legumbres. Si un animal basa su alimentación en proteínas provenientes del maíz, los aminoácidos de su pelo tienen una firma isotópica más parecida al maíz, y al contrario si se alimenta de plantas del grupo de las legumbres.

El estudio

Los investigadores decidieron trasladar esto a las personas y recogieron muestras de 29 peluquerías y salones de belleza en 65 ciudades de los Estados Unidos. También recolectaron muestras de 29 códigos postales en el valle de Salt Lake City para estudiar intensivamente una sola área urbana. 

No tuvieron en cuenta la edad, el sexo, los ingresos, el estado de salud o cualquier otro factor, excepto el registro de isótopos. En total, recolectaron muestras de casi 700 personas. Los resultados mostraron variaciones en las proporciones de isótopos capilares, tanto a nivel local como nacional, pero dentro de un rango relativamente estrecho. Dentro de esa variación, encontraron que los valores de isótopos de carbono se correspondían con el tipo de dieta que seguía cada individuo, de tal forma que llegaron a averiguar si era vegetariano, vegano, crudivegano u omnívoro.

Las muestras recolectadas en Salt Lake City ofrecieron la oportunidad de examinar con mayor detalle los factores detrás de la variación de isótopos. Por ejemplo, por tipo de isótopos que encontraron en el cabello, pudieron averiguar qué tipo de alimentación seguía. Por la dieta, supieron de dónde provenía el cabello y a qué tipo de peluquería había ido y, por lo tanto, cuál era su nivel adquisitivo, hasta el punto que pudieron relacionar el tipo de isótopo con el coste del corte de pelo.

Mujer en la peluquería

Mujer en una peluquería

También, a través de los isótopos, pudieron calcular las tendencias en el índice de masa corporal para códigos postales determinados, y de esta forma calcular por barrios cuáles eran los que mayores tasas de obesidad presentaban, dónde se alimentaban peor, qué tipo de problemas de salud presentaban y cuáles eran los factores de riesgo que podían desarrollar en un futuro.

Según aseguran los expertos, el análisis de isótopos capilares es una herramienta que puede ofrecer una gran cantidad de información muy útil desde el punto de vista médico.