En los últimos años se ha ido extendiendo cada vez más el uso de la estimulación cerebral profunda, una técnica médica que se lleva a cabo implantando electrodos dentro de ciertas zonas del cerebro. Gracias a esos implantes, se producen una serie de impulsos eléctricos cuya función es la de regular los impulsos anormales que se tienen lugar y mejorar los síntomas de determinadas enfermedades.

La cantidad de estimulación se controla mediante un dispositivo similar al marcapasos, que se coloca debajo de la piel en la parte superior del tórax. Un cable que pasa debajo de la piel conecta este dispositivo a los electrodos en el cerebro.

Estimulación cerebral

Originariamente se comenzó a utilizar en la década de los 80 para controlar los síntomas de la enfermedad de Parkinson, pero a día de hoy se han comprobado sus beneficios también en otro tipo de enfermedades.

En qué consiste

La técnica se inicia cuando un médico implanta quirúrgicamente pequeños electrodos en el núcleo accumbens, que es la región del cerebro responsable de la liberación de la dopamina y la serotonina, que a su vez regulan el estado anímico.

Además del Parkinson, los médicos usan la estimulación cerebral profunda para tratar a personas con depresión, trastorno obsesivo compulsivo, distonía, ansiedad, epilepsia o hipertensión. El hecho de que necesite un procedimiento quirúrgico invasivo conlleva que antes se desarrollen otras terapias como la farmacológica, pero en los últimos años ha ido ganando cada vez más adeptos dentro del ámbito de la medicina porque se puede aplicar a cualquier edad.

El procedimiento de implantación generalmente lleva entre 3 y 4 horas, aunque puede durar hasta 8. La cirugía también puede hacerse en dos pasos en los que los electrodos se colocan durante una cirugía y la unidad de control se conecta y coloca debajo de la piel en una segunda operación.

El dispositivo puede programarse de modo que produzca el nivel correcto de estimulación para brindar el alivio máximo de los síntomas. Una vez implantado, el paciente debe permanecer en el hospital durante varios días hasta que se comprueba el resultado del efecto de la estimulación.

Tratamientos

En el caso del Parkinson, se ha utilizado especialmente para tratar los temblores que conlleva la enfermedad, sobretodo cuando estos no pueden controlarse con medicación. De hecho, se considera el tratamiento quirúrgico de preferencia para la enfermedad de Parkinson, porque es más eficaz, seguro y menos destructivo para el tejido cerebral que otros métodos quirúrgicos.

Depresión

La estimulación cerebral profunda también puede usarse para tratar temblores intensos relacionados con la esclerosis múltiple. Además en los últimos años ha demostrado una gran eficacia contra el tratamiento de depresiones profundas que no remiten con el uso de los fármacos. Es, sin duda, una técnica de futuro que a medida que se va conociendo más sobre el funcionamiento del cerebro, se aplica con más asiduidad.