Con las fiestas de Navidad cada vez más cercanas, llega una época en la que los excesos son la norma, sobre todo en lo que en alimentación se refiere. De hecho, una vez finalizan, de media se estima que las personas pueden llegar a engordar dos o tres kilos. Por eso es aconsejable cuidarse antes de que comiencen las celebraciones y así poder compensar más adelante. Estos son algunos consejos que pueden ayudar a prepararse para la Navidad.

Planificar los menús

Este es uno de los consejos más importantes. Porque cuando lleguen las fiestas, va a ser complicado seguir un plan, ante la acumulación de comidas, cenas y celebraciones. Antes, es preciso planificar una dieta poniendo por escrito o a través de una aplicación lo que se va a comer cada día.

Practicar el ayuno intermitente

Consiste en realizar una dieta con intervalos de tiempo reducidos para las comidas y espacios más amplios de ayuno al día. Se puede realizar de diversos modos, como por ejemplo el llamado 16:8, en el que la persona que lo sigue ha de mantenerse 16 horas en ayunas y comer en las 8 restantes; el de 24 horas, por el que se realiza una sola comida al día. O también el de días alternos, en el que la dieta debe realizarse mediante un ayuno un día y alimentación otro. Estudios como este, llevado a cabo por expertos de la Universidad de California durante 3 meses, demuestran que los participantes reducen su peso. En este caso, un 3% del índice de masa corporal (IMC) de media, minimizando asimismo el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.

PlátanoAsegurarse de tomar la proteína necesaria

Uno de los grandes problemas que se producen hoy en día en lo que a alimentación se refiere es que hay un abuso de la ingesta de hidratos de carbono. Por eso, es necesario asegurarse de tomar la cantidad de proteína necesaria, que es al menos 0,8 gramos por kilogramo de peso corporal. Un hombre de 80 kilos necesitaría un mínimo de 65 gramos de proteína por día.

Seguir el método del plato

El método promovido por la Universidad de Harvard es el epítome de una alimentación saludable. Consiste en dividir en tres partes el plato. En la primera de ellas, que debe ocupar la mitad, se debe introducir las verduras y frutas. En la segunda parte se disponen las proteínas, preferentemente pescado, aves y nueces y, en menor medida, carnes rojas. La medida de referencia es la palma de la mano. Y, por último, los hidratos de carbono, que deben ocupar el cuarto de plato restante representando el tamaño de un puño.