Después de que ayer el TSJC tumbara el toque de queda en las grandes ciudades catalanas, el conseller de Salut, Josep Maria Argimon, ha apostado hoy por la vacunación y la responsabilidad ciudadana como las grandes armas para luchar contra la covid. Argimon ha lamentado que la justicia no haya aprobado el confinamiento nocturno, ya que cree que era necesario por razones estrictamente sanitarias, justificadas con los datos epidemiológicos. Aunque estas siguen una tendencia descendente en la mayoría de indicadores, el doctor ha recordado que se siguen produciendo más de 9.000 contagios semanales y que la presión hospitalaria continúa muy alta.

"La noche invita a determinadas actitudes y las medidas de protección se relajan", ha expuesto el conseller, en respuesta al TSJC. Los jueces han utilizado como argumento el hecho de que, si el Gobierno es capaz de controlar la interacción ciudadana durante el día, también lo tendría que poder hacer durante la noche. En este sentido, Argimon ha apuntado que el control del orden público no es una cuestión de su departamento.

Por todo ello, ha querido hacer un llamamiento a la "responsabilidad de todo el mundo, tanto de día como de noche" para evitar que vuelvan a estallar los contagios con la desaparición del toque de queda.

Aglomeraciones en Gràcia

Desde que la semana pasada el TSJC tumbó el toque de queda en Barcelona, se han ido produciendo concentraciones de gente sin mascarilla ni distancia de seguridad en la Festa Major de Gràcia. Argimon se ha mostrado muy decepcionado con estas imágenes y ha augurado que estas aglomeraciones "provocarán contagios". Estos se empezarán a notar durante la próxima semana y provocarán un aumento de la incidencia en "determinadas franjas de edad", ha previsto el doctor.

Estas imágenes de Gràcia han gustado "mucho menos" al conseller que las de los festivales, según él mismo ha denunciado. En este sentido, Argimon no ha abandonado la línea de la autocrítica, pero ha defendido que "en al menos dos de tres", los cribados masivos con antígenos funcionaron. El problema, ha recriminado, se basa en el hecho de que buena parte de los asistentes no llevaran puesta la mascarilla: "Así no hay test de antígenos que valga", ha lamentado.

Sensación errónea

Con todo, ha asegurado que los "festivales no fueron los culpables de la quinta ola", Más bien habrían ayudado a extender la sensación de que la pandemia ya había terminado. Esta se dio en un momento donde los indicadores epidemiológicos estaban en un buen momento, ha explicado, y por todo el Estado se relajaban las medidas restrictivas. Por ejemplo, el uso de la mascarilla en la calle.

En este sentido, el doctor Argimon no es partidario de volver a hacerla obligatoria, ya que cree que "ahora mismo no es necesaria cuando se va solo o con el grupo burbuja por la calle", pero sí cuando hay aglomeraciones o al pasear con no convivientes.

Aumentar la vacunación

Para Argimon, con toque de queda o sin, la vacunación es la principal herramienta contra la pandemia. En este sentido, ha lamentado que se haya ralentizado tan drásticamente el ritmo de las inoculaciones durante las vacaciones, pero espera que durante septiembre, con la vuelta a la normalidad, se podrá recuperar el ritmo de 700.000 dosis semanales, como ya se había conseguido en anteriores ocasiones.

Es por todo ello que el conseller, a pesar de reconocer que se trata "de una decisión personal" ha animado a la población a vacunarse: "Ahora es un buen momento, tenemos las dosis y el personal necesario", ha expuesto. El doctor se ha mostrado satisfecho con el 64% de la población catalana vacunada, pero se ha mostrado determinado a aumentar el porcentaje, sobre todo de cara al inicio del curso académico, "para que este sea más normal". Por eso se ha fijado el objetivo de vacunar al 100% de los alumnos con una dosis antes del 13 de septiembre, fecha de la vuelta a la escuela.

En la imagen principal, el conseller de Salut, Josep Maria Argimon / Sergi Alcàzar