Los arándanos son sin duda uno de los alimentos más saludables de la dieta. Un equipo de expertos del King´s College de Londres ha llevado a cabo una investigación publicada en la revista The Journals of Gerontology en la que se ponen de manifiesto los beneficios de comer estos frutos. Según el estudio, consumir 200 gramos cada día puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca de una persona en un 20%.

Se trata de unas cifras considerables, hasta el punto de que los efectos producidos se asemejan en buena medida a los acarreados por algunos fármacos que suelen ser recetados para hacer frente a la hipertensión arterial. Esto no quiere decir, en ningún caso, que se deba sustituir la medicación por su consumo, y menos sin supervisión médica, pero subraya la importancia que tiene la alimentación en la salud de las personas.

La investigación

El estudio se llevó a cabo entre un grupo de pacientes sanos a los que se les suministró una bebida diaria que contenía 200 gramos de arándanos o una bebida placebo que contenía vitaminas, minerales o fibra, por un período de un mes. Al cabo de este tiempo, se midió la presión arterial, la orina y la sangre de los participantes, así como la dilatación mediada por flujo (FMD), una técnica que puede predecir futuros episodios cardiovasculares distinta a los factores de riesgo tradicionales.

Los investigadores descubrieron que aquellos que tomaron la bebida placebo no tuvieron ningún efecto en la salud de su corazón. Sin embargo, sí que se vieron importantes beneficios para la salud entre quienes tomaron la bebida de arándanos. La mejora se produjo incluso a las pocas horas de consumir esta bebida y continuó después de un mes.

Durante el tiempo en el que tuvo lugar la investigación, la presión arterial de los participantes se redujo en 5 mmHg. Se produjeron, asimismo, mejoras en la función endotelial. Las células endoteliales actúan como una barrera entre la sangre o la linfa y el tejido corporal circundante, además de desempeñar funciones clave en la coagulación de la sangre y en la regulación de la presión arterial.

Al parecer, la razón que explicaría esta circunstancia es la presencia en los arándanos de antocianinas, un fitoquímico que les proporciona su color característico y que ejerce un importante impacto en la regulación del nivel de presión arterial de los participantes en comparación con los minerales y vitaminas en la bebida de placebo. Esta acción provoca una mejora en la salud cardíaca y reduce notablemente el riesgo de padecer una enfermedad de este tipo.

Según la investigadora principal del estudio, la Dra. Ana Rodríguez-Mateos, del Departamento de Ciencias de la Nutrición del King's College: "si los cambios que vimos en la función de los vasos sanguíneos después de comer arándanos todos los días se pueden mantener durante toda la vida de una persona, podrían reducir su riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular hasta en un 20%”.