Hace escasos días se ha celebrado el Congreso europeo e internacional de obesidad ECOICO 2020, en el que se han presentado los últimos estudios acerca de uno de los principales problemas de salud de la sociedad occidental. Las alarmantes cifras de sobrepeso y obesidad y las consecuencias médicas que se derivan de ello, son uno de los aspectos más estudiados de la comunidad científica, cuyo objetivo es tratar de invertir estas cifras crecientes de población obesa.

En el Congreso, uno de los estudios que se ha presentado tiene que ver con los hábitos de las personas a la hora de ingerir sus comidas principales. Según se recoge, mantener una dieta saludable tiene mucho que ver con la hora del día en que se come. Aquellos que consumen la mayor parte de sus calorías por la noche tienden a comer más y tienen una dieta de peor calidad

Comida rápida

La investigación

El objetivo del estudio era explorar la conexión entre el consumo de calorías por la noche, la medida de la ingesta energética, y la calidad de la dieta. Los expertos que han participado, del Centro de Innovación en Nutrición para la Alimentación y la Salud de la Universidad de Ulster en Irlanda del Norte, analizaron datos de casi 1.200 personas que habían participado en la Encuesta Nacional de Dieta y Nutrición del Reino Unido desde 2012 hasta 2017. 

Las conclusiones muestran que de media, las personas consumían casi el 40% de sus calorías después de las seis de la tarde. Y no solo eso. Aquellos individuos que consumían la mayor parte de su ingesta diaria a horas más tempranas, tendían a comer menos calorías en el transcurso de un día. Y los que dejaban la mayor parte de su ingesta más tarde, consumían más.

También pudieron comprobar que el horario de las comidas afectaba la calidad nutricional de los alimentos. Las personas que consumían más calorías durante la noche tendían a tener dietas de calidad significativamente peor. Consumían más productos procesados y alimentos ricos en azúcares y grasas saturadas.

No es el primer estudio que apunta en este sentido. Ya se había analizado cómo un porcentaje importante de la población, no realiza un desayuno completo, sino más bien escaso, a pesar de que es el momento del día en el que se rompe el ayuno después de la noche. En cambio, suelen tener una sensación de hambre mucho más fuerte hacia el final del día, alcanzando su punto máximo alrededor de las 8:00 de la tarde, horario que coincide con el final de la jornada laboral y otro tipo de actividades.

Tarta

Los autores del estudio apuntan a que esta investigación quiere acercarse a una comprensión más profunda del efecto de los ritmos alimentarios diarios de una persona y la cantidad y calidad de los alimentos que consumen. Al mismo tiempo, concluyen que a la hora de tratar problemas de obesidad y sobrepeso, analizar el momento de la ingesta de energía puede ser interesante puesto que es comportamiento que se puede modificar mediante un cambio de hábitos y a la vez puede contribuir a tomar menos calorías al día y además, consumir alimentos de mejor calidad nutricional.