No es un día normal en el Tribunal Supremo. Ni siquiera es como los de las citaciones de nuevos imputados o los días que se revisan recursos. Hoy hay más seguridad tanto fuera como dentro, y más nervios.
Hay unidades de la Policía Nacional blindando la calle Marqués de la Ensenada, donde está la puerta por donde entran los acusados, donde se concentra la prensa y, también, los grupos de apoyo.
En el interior, nervios, también mientras se prepara el escrito de procesamiento en que se especifican todos los delitos por los que se acabará juzgando a los imputados.
Los primeros en llegar han sido el diputado de ERC Raüll Romeva y las ya exdiputadas Carme Forcadell y Dolors Bassa. Jordi Turull y Josep Rull han llegado pocos minutos después de las 10 h. Se han acreditado y los ha recibido en el vestíbulo del Supremo Francesc Homs, que coordina la defensa de los acusados del PDeCAT, y los ha acompañado hasta la sala de vistas.
Y uno cuarto de hora antes de la comparecencia ha saltado la alerta: "Rovira no viene". La noticia ha corrido como la pólvora y unos minutos más tarde se confirmaba la noticia y empezaba a correr por los móviles de los periodistas la carta que Marta Rovira ha escrito para despedirse. Rovira dice que se marcha al exilio. Solo tiene una medida cautelar aplicada: comparecer cada 15 días. Pablo Llarena no le retiró el pasaporte ni le prohibió salir del país el 19 de febrero pasado, cuando la secretaria general de ERC compareció ante el Supremo como imputada.
Marta Rovira estuvo el domingo en Madrid. Visitó a Oriol Junqueras en Estremera en la que fue una sentida despedida ante el largo tiempo que tardarían en verse. Se cernía la amenaza y la posibilidad de la entrada en prisión, pero la despedida era por el exilio forzado de la secretaria general de ERC.
Esta última hora complica todavía más la situación del resto de acusados que hoy tienen la vista para revisar las medidas cautelares y que, además de enfrentarse al argumento de reiteración delictiva, ahora tienen el de riesgo de fuga.
Mientras tanto, en la sala de vistas el magistrado Pablo Llarena ha repartido el escrito de procesamiento y ha dado dos horas a los abogados para que se lo puedan leer.
Las vistas con los acusados para decidir si se revisan las medidas y les mandan a prisión, como también una posible resolución de inhabilitación o de suspensión para ejercer el cargo público, tendrán lugar a partir de las 12.30 h.