Entre la lista de una sesentena de nombres espiados por el programa Pegasus, aunque los investigadores de Citizen Lab apuntan que podrían ser muchos más, figura el nombre del abogado Andreu van den Eynde. El día siguiente que estallase toda esta trama de espionaje, el letrado ha asegurado que aunque se pensaba que esto ya no le sorprendería, ya que durante todos estos años había tenido una "especie de intuición, un juego paranoico de decir 'ui si nos espían'", se ha quedado pasmado por la "magnitud de la tragedia", al comprobar la gran cantidad de gente que ha resultado afectada por estas escuchas ilegales: "Una cosa tan burda y tan masiva sí que me ha sorprendido", ha reconocido. Ante estos hechos y las excusas que ha puesto el ministerio del Interior, que se ha desvinculado de las escuchas, van den Eynde ha sopesado la posibilidad de que el Gobierno se esconda tras los secretos de estado para intentar zafarse de sus responsabilidades. En una entrevista en Catalunya Ràdio, sin embargo, ha advertido que estos son un "arma de impunidad con las patas muy cortas". En este sentido, ha recordado que si "los secretos de estado no sirvieron para tapar a las escuchas del Cesid, no sé por qué tendrían que servir ahora", ha concluido.

 

En la misma línea, ha reconocido que el Ejecutivo de Pedro Sánchez, en lo que Carles Puigdemont ha pedido a ERC que deje de dar apoyo después de los últimos hechos, puede intentar escudarse en los fondos reservados y los secretos de estado "todo lo que quieran", pero el abogado advierte de dos problemas: "Esto no es como las escuchas del Cesid, esto es el uso de una tecnología de monitorización masiva que es incompatible con cualquier autorización judicial. No tiene nada que ver con el hecho de que te pinchen el teléfono, aquí te pueden bajar todas las aplicaciones, mensajes, fotografías, historial de búsquedas, la agenda, las conversaciones con tus amigos y familiares... Es complicado hablar de secretos oficiales para tapar todo eso", ha advertido Van den Eynde, que también apunta que utilizar esta excusa sería como si el Gobierno se cavara la suya propia también: "Lo demostraremos por otro lado".

Potencialidad invasiva infinita

Volviendo a tomar el escándalo de las escuchas del Cesid como ejemplo, Van den Eynde compara este caso con todo lo que sucedió entonces: "Son las escuchas del Cesid, pero con la tecnología actual", ha dicho el abogado, confirmando que existe una responsabilidad penal evidente. En este sentido, ha querido recordar que sobre el espionaje de Pegasus ya hay un procedimiento abierto, "no es nada nuevo", ha dicho, en referencia a la causa abierta a Barcelona que empezó cuando se detectó el espionaje a Ernest Maragall y Roger Torrent. "Ahora, las víctimas tendrán que decidir que hacer, se pueden unir a esta causa, que ya está investigando hechos análogos o similares," ha apuntado al abogado, asegurando que "se iniciarán todas las vías que haga falta".

Durante la entrevista, el abogado, que es experto en la materia de los ciberataques, ha expuesto que "esta herramienta se ha utilizado de forma tan masiva porque se pensaban que era indetectable". Esto, dice Van den Eynde, ha resultado no ser así, y aquellas personas que contrataron los servicios de la empresa israelí NSO podrán pedir una indemnización, ya que no es tan indetectable como parecía en principio. "Cuando sepamos cuánto dinero se han gastado, que serán muchos, podrán pedir una indemnización". Así, aunque Van den Eyden conoce de cerca este tipo de delitos y sabe bien como moverse, según ha dicho él mismo, y evitaba coger llamadas de contactos desconocidos, ha acabado formando parte de la lista de espiados, porque "Pegasus es una tecnología de nueva generación, tiene una potencialidad invasiva infinita".