Un año después de la sentencia del procés y de la ola de Tsunami Democràtic contra las condenas hay 13 casos investigados de violencia policial durante las protestas y 19 agentes, de los Mossos d'Esquadra y el CNP, imputados.

Entre las víctimas hay dos con pérdida de visión ocular a causa del impacto de una pelota de goma o un proyectil de foam. Uno de ellos recibió el impacto en la protesta del aeropuerto de Barcelona.

"Durante las movilizaciones del año pasado realizamos 204 atenciones telefónicas, por mail y presenciales, que se hicieron en el marco del dispositivo Somos Defensoras en el cual participaba Irídia junto con otras entidades", explica Sònia Olivella, directora de litigio de Irídia.

Al margen de los daños físicos, los abogados remarcan que hubo un "alto nivel de humillación y vejaciones y voluntad de herir psicológicamente" por parte de los policías que actuaron.

Del total de 13 casos, 8 afectan a periodistas. Y en estos casos hay un total de 16 mossos y 7 agentes del CNP. En la mayoría de los casos las imágenes han sido clave para identificar a los policías, pero hay dos que están pendientes de poder localizar al agente de las lesiones.

Los abogados de Irídia que llevan estos casos denuncian la vulneración de derechos por las agresiones a los periodistas, por los lanzamientos de pelotas de goma, no autorizadas por el Parlament de Catalunya, por los porrazos a la cabeza antirreglamentarios y por las humillaciones y vejaciones.

Los casos más graves

Hay 6 casos en los cuales la agresión fue por un impacto de proyectil de foam o de goma, 3 casos en los que se realizó un golpe con el bastón policial en trayectoria vertical a la cabeza o en situaciones en que la persona no tenía capacidad de movilidad, 1 caso en que sufrió una agresión de una furgoneta y 5 casos que sufrieron golpes de bastón policial con amenazas y atentado contra la integridad moral.

Entre los casos que están en investigación está la agresión en el aeropuerto, la primera acción de Tsunami Democràtic. Las imágenes muestran cómo un agente de los Mossos golpea con la porra a una persona que cae al suelo y los golpes continúan. El mismo día, y también en el aeropuerto, se produce la lesión en un ojo a otro de los manifestantes. En este caso hay imágenes y, de hecho, son la prueba clave porque se ha podido identificar al policía español que tiró la pelota de goma.

Otro de los casos graves es la agresión dentro de un supermercado de la Diagonal donde varias personas se resguardaron de los disturbios y las cargas el 15 de octubre. Se investiga a un antidisturbios que dio una patada y varios golpes con la porra a un chico. Lo golpeó en las costillas y en la cabeza, aparte de las amenazas y comentarios intimidatorios que hizo durante la agresión.

El 28 de octubre hubo una nueva lesión ocular en la calle Trafalgar. Aquí todavía no se ha podido determinar si fue a causa de una pelota de goma o de foam, lo que aclararía si fue un agente del CNP o un mosso el autor de la lesión.

Los abogados denuncian que la actuación policial postsentencia provocó lesiones muy graves y realizó acciones antireglamentarias, como disparar balas de foam a la cabeza.

"Te pegaremos como nunca lo hemos hecho"

Está también la investigación que afecta a un menor a quién la policía interceptó en una cafetería y torció el brazo mientras le decía "te pegaremos como nunca lo hemos hecho".

En algunos de los casos las víctimas describen un cuadro de estrés agudo. El equipo psicosocial que ha atendido a las víctimas remarca que estas agresiones psicológicas, al margen de las secuelas que generan, son un impacto difícil de demostrar jurídicamente.

El uso de pelotas de goma

Una de las cuestiones en las que Irídia pone más énfasi sobre las protestas del año pasado, y que se ha vuelto a denunciar hoy, es la forma reiterada en el uso conjunto que se hizo de las balas de goma.

"Nosotros entendemos que este dispositivo lo coordinaba Mossos d'Esquadra y aquí las balas de goma están prohibidas porque así lo decidió la sociedad catalana, pero a pesar de eso aquellas semanas se utilizaron balas de goma cuando no se tendría que haber hecho", comenta la abogada Anaïs Franquesa, que también denuncia una mala utilización de los proyectiles de foam, que en muchas ocasiones generaron lesiones muy graves en zonas sensibles como el ojo o la cabeza.