Sin rendición. Los hermanos mellizos Pepus y Maribel Ferrándiz han presentado una querella por las torturas que sufrieron en la Jefatura Superior de la Policía de la Via Laietana en 1971, según han anunciado este martes por la tarde en un acto con la abogada Sònia Olivella d'Irídia, en el casal del barrio Prosperidad de Barcelona, lleno de vecinos. La querella de los hermanos Ferrándiz contra cuatro agentes de la policia española es la segunda que se presenta contra policías de Via Laietana en los juzgados de Barcelona. La primera fue presentada por Carles Vallejo, que inicialmente una magistrada no ha admitido a trámite porque está en vigor la ley de Amnistía de 1977, aunque ahora la Audiencia de Barcelona tiene que resolver si se pueden investigar los hechos con el nuevo marco de la ley española de Memoria Democrática, cómo sostiene la Fiscalía.

La nueva querella se incluye en la campaña unitaria Via Laietana 43: hacemos justicia, hacemos memoria, que pide que la comisaría, "símbolo de la tortura y la impunidad", deje de ser un espacio policial para convertirse en un centro de memoria, de archivos y de interpretación de la tortura y la represión, tal como reivindican entidades como Òmnium Cultural, la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) y la Comisión de la Dignidad, que se manifiesta cada primer y tercer martes de cada mes delante del edificio policial, donde distintas víctimas explican su experiencia o se las recuerda.

Querella tortures via laietana pepus i maribel ferrándiz / foto: Carlos Baglietto
Acto reivindicativo, en el casal del barrio Prosperitat. / Foto: Carlos Baglietto

Además, se ha invitado a los presentes a participar este domingo, a las 12 del mediodía, en el acto musico-reivindicatiu, que las entidades memorialistas y de derechos humanos han convocado, como hacen cada año en el marco de la conmemoración del 20 de noviembre, la muerte del dictador.

En la Jefatura, 32 días

Los mellizos Ferrándiz fueron detenidos y llevados a la Jefatura Superior de Policía de Via Laietana, que las entidades memorialistas definen como "símbolo de la topografía del terror de Barcelona durante el franquismo y los años posterior" el año 1971. Tenían 17 años y los detuvieron porque militaban en la Joven Guardia Roja (el referente juvenil del Partido del Trabajo de España). Ambos estuvieron detenidos en la Jefatura durante 32 días por el estado de excepción: "fueron agredidos física y psicológicamente en los numerosos interrogatorios a los cuales los sometieron agentes de la Brigada Político-Social", recoge la querella, que firma la abogada Laura Medina.

"La policía vino a casa, lo removieron todo, y nos detuvieron porque nos delataron. Esta querella la presentamos en nombre de todas las personas que partieron torturas, para dignificarlas, y queremos que se acabe la impunidad de la dictadura franquista ", ha declarado Maribel en el acto.

Los querellados son: Vicente Juan Creix, comisario en jefe en los momentos de los hechos; Rafael Núñez Valverde, inspector jefe; Atilano del Valle Otero y Genuino Nicolás Navales García, que participaron en las vejaciones.

Al acto, la penalista Sònia Olivella ha explicado que, a pesar de que la querella de Vallejo no se ha aceptado en el juzgado de instrucción 18 de Barcelona, hay que ver a qué juzgado de instrucción recae la de los hermanos Ferrándiz. Ha añadido que a pesar de que la nueva ley española de Memoria no es bastante explícita, "hace falta que se investiguen las torturas del franquismo porque son crímenes contra la humanidad que no prescriben". El periodista David Fernández y el abogado Pep Cruanyes han exigido que las instituciones reconviertan Vía Laietana en un centro de memoria, tal como se aprobó en el Congreso el 2017, y ahora recoge la ley de memoria.

Luchas unidas

Por su parte, Carles Vallejo se ha mostrado agradecido de encontrar compañeros de prisión, como en Palomas, que tenía una larga condena, y ha reivindicado: "Las querellas son para reivindicar que somos represaliados, de un continuado de las luchas, no que somos víctimas".

En este sentido, Pepus ha reclamado que, además de los disidentes políticos y sindicales, tampoco se olvide a los castigados por el franquismo como el colectivo LGTBIQ. Ha recordado el gran papel que en democracia hicieron muchos de ellos después para "reivindicar medios y recursos para los barrios a través de las asociaciones de vecinos".  Dos vecinas de Nou Barris también han dado su testimonio que siguen implicadas por la lucha de las personas, como por ejemplo los desahucios y reclamar la salud pública para todos.