El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha decidido rodear al líder de Podemos, Pablo Iglesias, para conseguir su apoyo en la investidura. Lejos de palabras menos amables, como las pronunciadas hace unas semanas, cuando el propio portavoz socialista en el Senado, Óscar López, había asegurado que los morados proponían "un retroceso democrático", ahora Sánchez ha optado por atraer el podemista a través de mantener la proximidad con los que le son afines ideológicamente. La alerta saltó durante el viaje del líder socialista ayer a Bruselas, para encontrarse con los representantes de su grupo europeo. Entonces, el de Ferraz no perdió la ocasión pedirle al dirigente de Syriza y primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, que hiciera de intermediario para llegar a un acuerdo con Iglesias, y superar así la investidura. Tsipras e Iglesias son amigos, y próximos en ideología. 

Injerencias internacionales aparte, la estrategia de rodear al máximo dirigente del partido de los círculos –paradojas– llevaba días perfilándose. El miércoles, el equipo negociador socialista se reunió con Compromís, la confluencia valenciana, para seguir avanzando en las negociaciones. La primera opción de su líder, Joan Baldoví, sigue siendo el gobierno de coalición de las izquierdas, "a la valenciana". Ahora bien, él considera que se tienen que agotar todas las vías antes de ir a nuevas elecciones. Éste sería un escenario donde él, a pesar de que no obtuvo grupo propio en el Congreso, como Iglesias les había prometido, estaría dispuesto a reeditar la confluencia. Pero para llevar a cabo el encuentro, el PSOE no aparcó a Ciudadanos, sus socios de pacto, como sí hizo para sentarse con Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida (IU), ayer por la tarde. La causa es que estos no deseaban la presencia de los naranjas.

Según Garzón, el PSOE está dispuesto a modificar parte del pacto con C's en un "1% o en el 99%, no se sabe el porcentaje"

Así, el equipo negociador de Ferraz celebró otra reunión con IU, donde según Garzón, se mostraron dispuestos a modificar parte del pacto entre C's y PSOE, "en un porcentaje, pero no sabemos cuál, si el 1% o el 99%". Es decir, que no avanzaron nada que no esté en la hemeroteca. Así y todo, para el líder d'IU, el encuentro tuvo importancia, y es agotar las vías para evitar el advenimiento de elecciones. En ellas, Garzón intentaría presentarse junto con Iglesias, como indicó hace unas semanas, a fin de amortiguar el efecto con que el sistema electoral castiga a su formación. Sin embargo, él asegura que "si el PSOE y Podemos no se ponen de acuerdo, habrá elecciones anticipadas". En su esquema, la salvación pasaría por una abstención de C's –algo que parece imposible, después de que Albert Rivera y Sánchez reiteraran el miércoles que su acuerdo seguía vigente.

Pero el hecho, es que el PSOE ya ha conseguido aplacar una de las principales obsesiones de Compromís e IU, y es la mesa "a cuatro" de los partidos de izquierdas, que parecía la condición imprescindible de Baldoví y Garzón para sentarse con los de Ferraz. Así, estrecha la circunferencia con que intenta rodear al podemista. Ahora bien, también piensa como "las izquierdas" Rivera, quien desde las fallas valencianas –quizás también en un intento de guiñar el ojito a Baldoví-, dijo "si el Partido Popular (PP) y [Mariano] Rajoy no acceden a dialogar con el PSOE y con C's, la otra opción será que Podemos llegue al poder y los independentistas marquen la agenda política". Por tanto, parece que Rivera aventura la posibilidad ser ser aparcado definitivamente en el garaje de la investidura, en caso de que Iglesias y Sánchez llegaran a un entendimiento, sin que él pudiera evitarlo. 

Iglesias se reunirá con el secretario general del PSOE a principios de la próxima semana, y hoy con dirigentes territoriales de Podemos

De hecho, la reunión entre el líder de los morados y el de los socialistas, ya ha pasado de "reunirse antes de Semana Santa", a hacerlo "al principio de la próxima semana", como ha explicado la diputada de Podemos, Irene Montero. El encuentro también sobrevino por voluntad del secretario general del PSOE, quien llamó a Iglesias para hacerlo así posible. Sin embargo, a Sánchez podría haberle fallado una última pieza en su intento de rodear-lo, y es el apoyo del número dos del la formación morada, Íñigo Errejón. No es él en sí, sino aquello que representa, que según dicen, es la corriente más moderada y dialogante. Pero Errejón está desaparecido estos días, según su jefe, porque "está haciendo su trabajo al frente de la Secretaría Política".

Sánchez no podrá usar el 'divide te impera', pero sí la estrategia a la polaca: rodear al adversario, conquistarlo, y llegar no a Ítaca, sino a Moncloa

Pero Iglesias, siempre astuto, ya se ha encargado personalmente de cerrar filas. Primero, con el cese de Sergio Pascual, errejonista en Madrid, y después, colocando a un hombre de confianza al frente de una de las plataformas políticas que compiten por el espacio político de su partido en Catalunya. Es Raimundo Viejo, el candidato oficialista, quien hará la competencia al díscolo Albano Dante Fachin, que ya presentó su proyecto, también, como este diario avanzó. Así, Iglesias no está dispuesto a que el propio partido de los círculos pueda ser usado por Ferraz y los medios españoles para presionarlo hacia la abstención, en caso de perder su control. En consecuencia, se reunirá hoy con los líderes territoriales de la formación, a fin de atarlos corto. Así, parece que Sánchez lo tendrá más difícil, y no podrá aplicar el divide te impera de los romanos, pero sí la clásica estrategia a la polaca. Es decir, rodear al adversario, con el fin de conquistarlo, y superar así la investidura, haciéndose con el poder y llegar, no a Ítaca, sino a la Moncloa.