Cerca del 90% de la población ha llegado a la pauta completa y la previsión de vacunas desde la Comisión Europea con los estados miembros se ha hecho mal y sin ningún tipo de planificación. Por eso, ahora, hay que librarse de ellas antes que caduquen. Una opción es colaborar con la ONU y regalarlas a los países en vías de desarrollo. Esta iniciativa ha sido promocionada desde la Moncloa por todos los medios de comunicación para subrayar "la solidaridad y el progreso de España". Así pues, el presidente Pedro Sánchez ya anunció el pasado mes de septiembre que daría 30 millones de vacunas aunque, de momento, tan sólo es una promesa.

Lo que sí es un hecho constatado es el negocio que ha podido sacar de rebote con ellas. La vacuna de AstraZeneca, que ha quedado marginada a personas de entre 60 y 70 años, acumula un excedente inmenso. Según adelantan diferentes medios, se ha iniciado una operación de reventa de vacunas, cerca de más de medio millón, que irán directos a Tailandia. En concreto, la remesa suma 614.500 dosis y se convierte en la venta mayor de vacunas realizada por el Ejecutivo.

También hay Pfizer, aunque la cifra es muy menor, tan sólo 250.000. El receptor es Nueva Zelanda y la operación se cerró el pasado verano. Pero también se sumaron 100.000 de la de AstraZeneca que, posteriormente, Nueva Zelanda revendió a las islas Fiyi. Todo un tráfico médico que es digno de estudio. También se ha hecho una reventa de 140.000 dosis al Paraguay, previo pago. Todo va en paralelo a lo que sí son donaciones mediante acuerdos bilaterales, al margen de lo que marca las Naciones Unidas, aunque en este caso se detalla que no tuvieron ningún coste para el país receptor. Se trata de 289.900 vacunas en Honduras, 400.000 en Argentina y 120.000 en Mauritania.

La transparencia de estas transacciones es débil. Además, el Gobierno ha aprobado el 'Plan de Acceso Universal Vacunación Solidaria' donde no se detalla en ningún momento el negocio económico que se pueda derivar del tráfico de vacunas. No obstante, en la mesa de los países escogidos sí se tiene en cuenta un apartado de lugares titulados "adicionales" que complementan aquellos que tienen la renta baja o media. De hecho, los principios que marcan son: "Acceso equitativo, universal y asequible, ya que la vacunación es un bien público global. Asegurar el acceso a las vacunas en todo el planeta al inicio de las campañas de vacunación. Y solidaridad, no dejando a nadie atrás. la evaluación de las necesidades se tiene que hacer de acuerdo con criterios objetivos, teniendo en especial consideración el acceso para los colectivos en situación de mayor exclusión o vulnerabilidad".

Los países en cuestión son: Dominica, Fiyi, Granada, Guyana, Kosovo, Maldivas, Islas Marshall, Samoa, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Tonga y Tuvalu. Sorprende también de esta elección Kosovo, a un país que teóricamente el Estado español no reconoce. Para evitar críticas, el gobierno Sánchez matiza: "Esta denominación se entiende sin perjuicio de las posiciones sobre su estatuto y está de acuerdo con la Resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y con la Opinión de la Corte Internacional de Justicia sobre la declaración de independencia de Kosovo".