Pedro Sánchez ha roto finalmente su silencio sobre la condena del Tribunal Supremo al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. Desde Johannesburgo, tras su participación en la cumbre del G-20, el presidente del gobierno español ha reiterado que cree “en la inocencia del fiscal general” y ha remarcado que, a pesar de respetar y acatar la decisión, su ejecutivo “puede manifestar su discrepancia” con la orientación de la sentencia. Sánchez ha subrayado que el procedimiento para sustituir a García Ortiz ya se ha puesto en marcha, dado que la condena es firme una vez se conozca el texto completo. Aun así, ha dejado claro que la vía judicial no termina aquí. El presidente ha apuntado a “otras instancias jurisdiccionales”, como el Tribunal Constitucional, para revisar los aspectos “controvertidos” de la resolución cuando se haga pública. También ha recordado que varios periodistas acreditados declararon durante el juicio que el fiscal general “no era el origen de las filtraciones” que se le atribuían.

En una comparecencia marcada por preguntas sobre política interna, Sánchez ha insistido en que el gobierno español mantiene el respeto absoluto a la independencia judicial, pero ha aprovechado para reprochar al PP las palabras del exportavoz Ignacio Cosidó sobre “controlar la sala segunda del Supremo por la puerta de atrás”. “Nosotros respetamos”, ha afirmado, reafirmando que discrepar de una sentencia forma parte del funcionamiento democrático. El presidente también ha descartado, de momento, plantear ningún indulto para García Ortiz: “Hablar de otras cuestiones yo creo que ahora mismo no tienen ningún sentido”. Por otra parte, ha valorado positivamente la trayectoria y la tarea del fiscal general y ha confirmado que la persona que le sustituya tendrá un perfil “de dilatada trayectoria jurídica”.

El plan de Trump no convence

La intervención del presidente español se ha producido en paralelo a las discusiones del G-20, donde Sánchez ha alertado de que la imposición de aranceles solo conduce a “la derrota colectiva” y ha reclamado que Ucrania y la Unión Europea participen en cualquier negociación de paz. “Esta propuesta de paz debe ser revisada en profundidad”, ha dicho sobre el plan impulsado por Donald Trump, defendiendo que europeos y ucranianos deben sentirse representados en él.