Después del discurso de investidura de Pedro Sánchez, el resultado era previsible. Y no ha habido ningún giro inesperado de guion: el candidato socialista ha perdido la primera votación, quedándose lejos de la mayoría absoluta necesaria. Ha recibido la abstención de Unidas Podemos y el voto en contra de los independentistas catalanes. Ahora, si quiere conformar nuevo gobierno, tendrá que reconstruir los puentes rotos con Pablo Iglesias. Tiene 48 horas, hasta el jueves al mediodía, cuando se produzca la segunda votación en el Congreso de los Diputados, en la que basta con más que no. Hoy por hoy, no los tiene ni mucho menos atados, sino más bien todo lo contrario.

Para superar la votación de este martes, Sánchez necesitaba 176 votos a favor. Pero sólo ha conseguido 124: los 123 del PSOE y el del Partido Regionalista de Cantabria. En contra ha recibido 170 votos: el PP, Ciudadanos, Vox, ERC, JxCat, Navarra Suma y Coalición Canaria. Las abstenciones han sido 52: Unidas Podemos, el PNV, EH Bildu y Compromís. Con estos números tampoco superaría la votación del jueves. La votación ha tenido su anécdota: ha habido otro no, el de Irene Montero, que había votado telemáticamente antes de que su grupo tomara la decisión.

Finalmente Unidas Podemos se ha decantado por la abstención, pero lo ha hecho "como un gesto más para seguir facilitando las negociaciones, como llevamos haciendo dos meses con nuestras continuas cesiones". Fuentes del entorno de Pablo Iglesias avisan de que "el tiempo se acaba y el PSOE se tiene que mover".

Por su parte, los partidos independentistas justifican su decisión sobre todo en el discurso pronunciado por Sánchez. JxCat anunció este lunes su no y ERC ha esperado hasta la hoy. "No hay nada que bloquear porque no hay acuerdo", explican fuentes republicanas.

48 horas

El debate de investidura, que ha tenido lugar entre el lunes y el martes, ha estado marcado en primer lugar por el discurso vacío de Pedro Sánchez, que asustó a sus posibles aliados a los que hizo referencias mínimas, y en segundo lugar por la bronca con Pablo Iglesias, de una dureza que acabó de alejar unas posiciones ya enquistadas. El secretario general de Unidas Podemos llegó a avisarle de que, si no era investido esta semana e iba a elecciones, no volvería a ser nunca más presidente de España.

Ahora se abren 48 horas hasta la segunda votación, donde se tendrán que reanudar las negociaciones. El candidato a la investidura ya ha convocado de forma urgente a su ejecutiva para el miércoles por la mañana para analizar la situación. Las dos partes insisten en que tienen la mano tendida, pero ninguna de las dos partes ha hecho todavía el gesto de volver a sentarse en la mesa de negociación.

El principal obstáculo siguen siendo los cargos del Consejo de Ministros. Desde de Unidas Podemos denuncian que sólo les ofrecen responsabilidades decorativas y una vicepresidencia para Irene Montero que está "vacía de contenido". En cambio, desde el PSOE defienden que "se está haciendo una oferta para hacer política muy importante de manera muy respetable a los perfiles que representa su proyecto político".

El no de Montero

El voto de Irene Montero en contra de la investidura, diferente de la abstención de Unidas Podemos, ha sido uno de los temas más comentados de la votación. Fuentes del partido explican que "tras el debate de ayer, escuchando a Sánchez, estábamos más cerca del no y por eso Irene Montero ha votado telemáticamente no". Ha votado telemáticamente por baja por maternidad. Fuentes del Congreso señalan que el voto ha sido emitido antes del inicio del debate este martes por la mañana.