El ataque terrorista del lunes a primera hora de la mañana en Cornellà de Llobregat centra las portadas de este martes, aunque en el plano político lo que toma protagonismo es el runrún insistente de la aplicación de nuevo del artículo 155 de la Constitución española con el objetivo, una vez más, de laminar el autogobierno catalán.

Después de quedarse con ganas de más, Ciudadanos busca ahora cualquier resquicio, ni que sea un discurso del presidente de la Generalitat, Quim Torra, para maniobrar en contra del autogobierno catalán. Y a su rebufo el PP también se apunta, porque en la oposición siempre es más fácil dejarse llevar por el discurso maximalista y es importante no perder comba ni electores de más allá de la derecha.

A partir de aquí, el diario madrileño La Razón tiene campo abierto para titular PP y Cs piden a Sánchez reactivar el 155 si Torra sigue con las provocaciones, un titular que interpreta que las palabras de Torra son eso, 'provocaciones', a las cuales hay que dar respuesta, como bien se preocuparon de pedir ayer tanto Ciudadanos como el Partido Popular, aunque de momento, lo que ha dicho el Gobierno español no va en esta dirección, ya que un discurso, de momento, no es un "hecho jurídico".

En todo caso, lo que parece claro es que ya tenemos enfrente una nueva tendencia de la moda periodístico-cavernaria de esta temporada verano-otoño: la reclamación de una nueva aplicación del artículo 155 para echar al Govern actual será un runrún que subirá de tono e intensidad a medida que pasen los días, como un añadido más de la espiral de provocaciones insistentes —la retirada de lazos amarillos con el aval de la fiscal general y los llamamientos a desobedecer a los Mossos del diputado de Cs Juan Carlos Girauta son dos de los ejemplos más recientes— que forma parte de la estrategia de demostrar que el clima político en Catalunya es insostenible y sólo un golpe en la mesa lo podrá resolver.

El relato periodístico forma, pues, una de las patas en que se sustenta la actual ofensiva unionista, cada vez con objetivos más claros. Tras el fiasco del 21-D, la alternativa pasa ahora por ganar en el Senado —donde el PP conserva su mayoría absoluta— lo que no se ganó en las urnas catalanas. Por lo tanto, el marcaje individual a Quim Torra y el global al independentismo será más duro a medida que pasen los días y lleguemos a un otoño que sí, ya lo sabemos, será 'caliente'. Buen martes a todo el mundo.