El diputado de Esquerra Republicana, Gabriel Rufián, ha comparado la propaganda que un ciudadano puede recibir de una salsa de tomate a través del móvil con el control que tienen los independentistas por parte de las fuerzas de seguridad del Estado español: "La gente alucina porque recibe publicidad de los temas que habla. Como si dice Orlando y recibe anuncios de tomate frito". Y ha explicado la causa haciendo un paralelismo con el terreno donde quería llegar: "Se debe a un algoritmo de Google y el algoritmo de los independentistas es la Guardia Civil o el CNI. Y la publicidad, en este caso, los autos policiales inventados".

Rufián ha pasado por alto el tema principal del día, los acuerdos con la Comisión Europea, y se ha centrado en los supuestos casos de espionaje que sus compañeros de partido, el presidente del Parlament Roger Torrent y el concejal en el Ayuntamiento de Barcelona Ernest Maragall, habrían tenido por parte del CNI. Una información que tal como el mismo Rufián ha recordado, ha salido de un diario como El País, "que no es sospechoso" de ser independentista. También ha invitado a los diputados socialistas y de Podemos a que se pongan en la piel de Esquerra y ha empezado a señalar el hemiciclo: "Cómo te sentirías si fueras espiado tú, y tú y tú y tú...". Por eso ha clamado a quien considera un gobierno progresista: "Dicen que es feo pero no hacen nada. Por eso les proponemos una comisión de investigación".

 

La respuesta del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha demostrado que no le ha convencido y se ha ceñido al guión de respuestas habituales: Repito, el CNI no persigue ideas políticas. Pero tampoco la Guardia Civil ni la Policía Nacional". Ningún tipo de concreción más. Tampoco a una pregunta clara de Rufián: "¿Desde el Gobierno se han espiado cargos políticos?", y les ha advertido por anteriores etapas donde el PP estaba al frente: "Tienen que saber que les han espiado en todos". Nuevamente, silencio de Marlaska.

 

El caso del espionaje

El presidente del Parlament, Roger Torrent, y el jefe de la oposición al Ayuntamiento de Barcelona, Ernest Maragall, se querellarán contra el que fue director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, por el espionaje contra ellos a través del hackeo de sus teléfonos móviles. El CNI dispone del programa de espionaje Pegasus que se utilizó para acceder al teléfono móvil del presidente del Parlament, Roger Torrent, y de Ernest Maragall y espiarlos. Este, fue desarrollado por la compañía israelí NSO, y solo lo pueden comprar los gobiernos y las fuerzas y cuerpos de seguridad. Pegasus permite controlar y tener acceso a casi todo el terminal que se ha hackeado.