Los votos favorables de ERC (menos el de Gabriel Rufián) y el PDeCAT para que Tomás Fernando Flores sea el nuevo presidente de RTVE no han gustado nada a la prensa española, que se ha apresurado a vincular —otra vez— este apoyo con el acercamiento de los presos políticos a Catalunya.

Algunos medios no han tenido problema alguno en llegar incluso a rozar el insulto criticando tanto a los líderes soberanistas trasladados a Catalunya, como al Govern y al ejecutivo de Pedro Sánchez. El nuevo director de RTVE lo será "gracias a los golpistas" y el líder socialista ha cambiado su rumbo para satisfacer las aspiraciones del independentismo.

Mismos argumentos para cuestiones distintas, pero, eso sí, siempre tienen que ver con Catalunya y el soberanismo. Y es que, visiblemente, parece ser que la mayoría de los grandes diarios de Madrid prefirieran la época en que las negativas constantes del gobierno del PP reinaban en España y cuando solo habrían la boca —en relación a la cuestión catalana— para tildar a los políticos independentistas de "golpistas" y para dejar claro que, en ningún caso, hablarían de las aspiraciones del pueblo catalán y, por tanto, aún menos las tendrían en cuenta.

El chantaje

Para El Mundo, esto "no es distensión, es un chantaje". Subrayando que "Sánchez pisa líneas rojas para apuntalar su débil mayoría", destaca que "Torra le arranca abrir el diálogo sobre la autodeterminación en Moncloa, aunque la rechazará".

Según su opinión, "el Gobierno de Pedro Sánchez se parece cada vez menos a la oposición de Pedro Sánchez" y sostienen esa idea bajo el argumento de que "aquel Sánchez incluso reclamaba una actualización del delito de rebelión que reconociera que hoy es posible dar un golpe -y tipificarlo como tal- sin recurrir a la violencia de añejos espadones", además de porque el presidente español "llamaba racista y supremacista al mismo Torra al que se dispone a recibir en Moncloa".

La crítica al también líder del PSOE es, cuanto menos, dura. El diario citado suelta, sin pelos en la lengua, que "importa poco que su mutación la haya producido la liquidez ideológica" o "la insinceridad de su compromiso con el 155" porque ahora "los socios de censura del presidente ejercen a diario sobre él un chantaje indisimulado". Pero aún van más allá: "Claro que un chantaje solo es eficaz si el chantajeado es lo suficientemente débil como para tener que aceptarlo o bien convocar elecciones".

Un chantaje que según su opinión "legitima su marco discursivo quien más celo debería poner en combatirlo" y lo ejemplifican sosteniendo que los presos políticos "han sido acercados a un mismo módulo penitenciario en Catalunya, donde quedarán al cuidado de un conseller independentista". Precisamente por todo esto, se lamentan de que "la distensión siempre llega del mismo lado, mientras el secesionismo, envalentonado, cruza líneas rojas y consolida posiciones aprovechando el terreno cedido por este Gobierno".

Ansiedad socialista

Para La Razón, esto es una muestra más de la "ansiedad" que hay en la Moncloa ante la inminente reunión entre Sánchez y Torra y lo dan por hecho asegurando que "el Gobierno mide cada gesto para no agraviar a Torra y perjudicar la «operación distensión»".

Según su punto de vista, los días que quedan hasta el esperado encuentro "se están viviendo como una cuenta atrás", pero lo más importante es que "la consigna es crear el clima más propicio para que la cita se salde con algún resultado positivo".

Para llevarlo a cabo, consideran que el gobierno del PSOE "ha condicionando sobremanera el discurso de Sánchez en los últimos días, que ha adoptado una actitud condescendiente respecto a las provocaciones del líder catalán, para evitar comprometer el éxito de la normalización de las relaciones entre las instituciones que ambos lideran".

De hecho, como el diario anterior, también se coge al hecho de que hace unas semanas el mismo Sánchez llamara "supremacista" a Torra y se hacen eco de las contradicciones entre el propio presidente del gobierno español y su propio ejecutivo por las palabras del ministro de Exteriores, Josep Borrell, en que apoyaba al embajador español en Washington, Pedro Morenés, y animaba a los demás a actuar como él

Por todo esto, se lamentan de que "los guiños de Moncloa hacia la Generalitat para destensar la relación comenzaron desde el primer Consejo de Ministros" porque ya entonces "el Ejecutivo decidió levantar el control del gasto que ejercía sobre Catalunya".

En un artículo de opinión aún van un paso más allá y vincula directamente las "concesiones" a los independentistas con el control de RTVE al considerar que "la izquierda y los separatistas impusieron con su mayoría en el Congreso el decretazo televisivo que apartó a PP y Cs" e insistiendo, además, en la idea de que "Pedro Sánchez logró el apoyo clave de ERC después de que se sometiera a la exigencia de los independentistas de que se «hablará de todo», incluido el referéndum, en la cita con Torra en La Moncloa", cosa que consideran "un proceso de nula calidad democrática", mientras advierten de que vienen "tiempos negros para la TV pública".

Tolerar los desprecios

ABC, en una línea muy similar, dedica un artículo entero a enumerar "los desprecios de la Generalitat que tolera el Gobierno" lamentándose de que "todavía no se ha cumplido un mes de la toma de posesión de los ministros del Gobierno de Pedro Sánchez (7 de junio) y el desprecio desde el secesionismo institucional instaurado en la Generalitat de Catalunya hacia el «diálogo» y la mano tendida mostrados por el Ejecutivo no ha cejado ni un solo día".

Entre esta lista de "desprecios", se encuentra la reapertura del Diplocat, el nombramiento de Meritxell Serret como delegada del Govern en Bruselas o la restitución de algunos cargos institucionales. Gracias a todo esto, y siempre según la opinión del medio citado, Sánchez ha podido "consumar" "la toma de RTVE con los golpistas".

Además, no tienen ningún problema en bautizar otro artículo bajo el título "La ascensión indignada a la prisión de Lledoners" y sueltan que la imagen que daba toda la gente esperando la llegada de los líderes independentistas a las cárceles catalanas "parecía la estética de la de una etapa de alta montaña del Tour de Francia pero los propios participantes querían desmentirlo", mientras critican que Torra fuera a visitarlos y pudiera entrar en el centro penitenciario.

Vergüenza e infartos

El País, de su lado, se desmarca del resto de diarios citados y va en otra línea defendiendo que el acercamiento se limita al cumplimiento de la ley y no a un favor del gobierno de Sánchez.

Mientras, El Español va fuerte y, en un artículo titulado "Los golpistas, de operación salida", no tiene ningún problema en soltar que "el traslado de los presos da para un chiste, para una metáfora, para dos infartos y mucha vergüenza en la gente de bien".

Cargando fuerte contra Sánchez porque consideran que "las prioridades del nuevo tiempo son ésas: una foto con un exiliado libio en los huesos y el arrejuntamiento de los golpistas en el terruño", se lamentan de que la prioridad de los socialistas sea "ir por el narcisismo hacia agotar y agotarnos desde la legislatura hasta las costuras patrias".

Y, lo peor llega al final y este es el literal: "Veo a Junqueras con las cuentas del rosario, a Forcadell reflexionando sobre el campo semántico del término rebelión y sobre lo monosilábico y lo poético y lo bien que se habla el catalán cuando se habla bien. En las cárceles de Catalunya no les esperan los epígonos del Vaquilla, ni navajeros del Barrio Chino, sino parabienes y la rendida hospitalidad de Ester Capella, consellera de Justicia y amantísima anfitriona con cargo a las competencias penitenciarias de la Generalidad (errores de nuestros padres). Ahora sí que Sánchez está en condiciones de recibir a Torra y regalarle nuevas genuflexiones".