El relator de la ONU que examina casos de torturas y castigos crueles o degradantes, Nils Melzer, ha pedido por carta al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que indulte al fundador de Wikileaks, Julian Assange, porque entiende que "no es un enemigo del pueblo norteamericano" y que hace una década que está privado de libertad de manera "arbitraria".

Assange se encuentra en una prisión de máxima seguridad del Reino Unido desde que lo arrestaron en la embajada del Ecuador en Londres en abril del 2019. El 4 de enero, un tribunal dictaminará si lo tienen que extraditar en los Estados Unidos, donde se enfrenta a delitos que podrían comportar 175 años de prisión.

Melzer ha asegurado que Assange ya ha pagado "un alto precio" para tener el "valor" de "publicar información veraz sobre las negligencias del gobierno norteamericano por todo el mundo", en alusión a los documentos secretos que Wikileaks divulgó el año 2010.

Julian Assange EFE

Una imagen de Julian Assange durante su detención / Foto: Efe

Así, ha dicho que "no publicó nunca información falsa" ni tampoco orquestó ciberataques ni robos para obtener los documentos. Lo hizo, en palabras de Melzer, como un periodista de investigación, motivo por el cual ha pedido que no se lo criminalice. Condenarlo, ha añadido, sería "disparar al mensajero", "incompatible con los valores de justicia, estado de derecho y libertad de prensa" que consagra la Constitución norteamericana.

"Si perdonáis Assange, señor presidente, enviaréis un claro mensaje de justicia, verdad y humanidad al pueblo norteamericano y al mundo", afirma la carta, en la cual el experto advierte que el proceso puede manchar el legado del actual inquilino de la Casa Blanca.

El estado de salud

Melzer también ha apelado al estado de salud de Assange, que "se ha deteriorado gravemente" hasta el punto que su vida "se encuentra en peligro", y ha recordado que tiene dos hijos.

"Por estas razones, os pido respetuosamente que perdonéis a Julian Assange. Independientemente de cuáles sean nuestras opiniones y simpatías personales creo que, después de una década de persecución, el sufrimiento injusto de este hombre se tiene que acabar", ha afirmado.

Un caso que viene de muy lejos

La persecución de Washington al activista empezó a raíz de las publicaciones que Wikileaks hizo entre abril del 2010 y abril del 2011, las cuales revelaban imágenes de soldados de las fuerzas armadas de los EE.UU. cometiendo crímenes de guerra en Iraq y Afganistán, además de 250.000 mensajes diplomáticos confidenciales; torturas y vulneraciones de los derechos humanos en la prisión de Guantánamo.