El presidente del gobierno Mariano Rajoy ha anunciado durante el pleno monográfico sobre pensiones de este miércoles en el Congreso que estaba dispuesto a ofrecer mejoras en el sistema de pensiones, si la cámara le aprobaba los presupuestos generales de 2018. Rajoy ha expuesto que el proyecto de los PGE —que según fuentes del Ejecutivo, se presentará a finales de mes— plantearía concentrar las ayudas fiscales en el IRPF para pensionistas y familias, así como una mejora de las pensiones mínimas y de viudedad.

"Yo les ofrezco trabajar desde este momento para alcanzar un acuerdo a lo largo de la tramitación de los presupuestos de 2018, porque es en el marco de ese debate donde tenemos que valorar qué decisiones tenemos que tomar sobre ingresos tributarios y gasto social", ha afirmado Rajoy. La jugada aparece en un momento en el que la negociación de las cuentas está parada, porque el Partido Popular se niega a echar a la senadora investigada Pilar Barreiro —como exige Cs— o el PNV no se abre al pacto —al menos públicamente— mientras el 155 siga en vigor en Catalunya.

La cuestión es que el presidente no ha dado "golpes de efecto", como adelantaba este diario.

En primer lugar, ha defendido en todo momento la política de su Gobierno —basada en mejorar la competitividad y la consolidación fiscal, a costa de devaluación interna para reducir el déficit— y las reformas laborales llevadas a cabo entre 2011 y 2013. Por ello, ha afirmado que no rectificaría, a fin de "seguir creando empleo: más y mejor empleo" para sostener el sistema de pensiones. En segundo término, ha exigido a la oposición "un mínimo consenso a la hora de poner en marcha las reformas imprescindibles". Por ese motivo, les ha emplazado a la comisión del Pacto de Toledo, que necesitaría, a su juicio, "un nuevo impulso, no de una rectificación", zanjó.

El hecho es que Rajoy no ha ahorrado críticas, cuando ha repetido en varias ocasiones que su Ejecutivo no congelaría las pensiones —como sí hizo el PSOE a principios de la crisis económica. "Las pensiones no se congelarán, subirán siempre mientras yo sea presidente. Habríamos querido subirlas más, pero no ha sido posible", ha insistido. También ha habido reproches sobre la "demagogia" en la izquierda española, cuando les ha instado a "no pensar en el momento inmediato, sino en la sostenibilidad a largo plazo" y ha abogado por un pacto entre generaciones "presentes y futuras".

Si bien, el jefe del Ejecutivo ha dejado la puerta abierta a alguna suerte de equiparación de las pensiones con el IPC, que ha calificado de "razonable", como pedían ciertos grupos de la Cámara —entre ellos, PSOE, Podemos, PDeCAT y ERC.

El presidente también ha tenido palabras para las protestas en la calle de las semanas anteriores, cuando dijo que no había motivos para el "desasosiego", porque las pensiones es una "política de Estado", el Ejecutivo estaba comprometido con el Pacto de Toledo, y se buscaría una respuesta que sea "sostenible", con "equidad" y "eficiencia". Eso sí, ha hecho un intento pedagógico de ilustrar que el 40% del gasto público estaba dedicado a pensiones, por delante de Sanidad, y que cada año entraban en el sistema nuevos jubilados por valor de 3.800 millones de euros.

Réplicas a la oposición

Ya en el turno de réplica, Rajoy ha criticado que el PSOE no estaba legitimado para "dar lecciones", ya que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero "congeló" las pensiones. También se ha defendido por haber usado el fondo de reserva. "¿Si no se utiliza cuando hay la crisis mayor que ha vivido este país, cuando se tendría que usar"? ha denunciado. "Alguien les debió decir en Europa que había que salir de la dinámica perversa de aumentar el gasto" se ha jactado. "Cuando llegamos al gobierno se destruían tres puestos de trabajos por cada nuevo pensionista" ha recordado.

En respuesta a las acusaciones del portavoz de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, sobre "romper la paz social", Rajoy ha dicho que "nunca históricamente" el salario mínimo habría subido tanto en España como con el gobierno del Partido Popular -un 7%, la última vez. Incluso, ha denunciado que se hicieran propuestas "muy bonitas", pero que el sistema no aguantaría a largo plazo.

A Albert Rivera, de Ciudadanos, le ha repetido que se abriría a la reforma del IRPF de los pensionistas con rentas más bajas -medida que la formación naranja reivindica como propia.

De la misma manera, Rajoy ha cargado duramente contra el PDeCAT y le ha pedido ser "justo", después de recordarle que votó a favor de la reforma laboral del PSOE -pactada con patronal y sindicatos. Igualmente, ha rechazado la "indexación" de las pensiones, "que ya no se hace", ha dicho. Esta medida es similar a la equiparación al IPC pero se diferencia por su flexibilidad con los ciclos económicos.