Los presupuestos de 2024 están, en estos momentos, atascados y el tiempo corre. La sesión de control al Govern este miércoles ha evidenciado el pulso que hay entre los comunes y el ejecutivo para intentar pactar las cuentas. Hoy por hoy, el Govern cuenta con 66 votos favorables —los 33 diputados del PSC y los 33 de Esquerra Republicana—, pero le faltan todavía dos apoyos más (al menos) para poder sacarlos adelante. La prueba de fuego será el miércoles 13 de marzo, cuando el proyecto de presupuestos se someterá al debate a la totalidad. De momento, todos los grupos —a excepción de los socialistas, republicanos y Junts— han optado por presentar una enmienda a la totalidad. El grupo parlamentario de Jéssica Albiach se sigue manteniendo firme en su posicionamiento: solo retirarán la enmienda y negociarán su apoyo si el Govern paraliza el Hard Rock. El problema es que no parece que esta pueda ser la solución: este año, el president Aragonès ha admitido por primera vez que paralizarlo supondría perder el apoyo del PSC y, en consecuencia, las cuentas seguirían sin prosperar.

De hecho, el jefe del ejecutivo ha intensificado a lo largo de la sesión de control sus llamamientos a otros grupos para evitar que los presupuestos caigan la semana que viene: se ha mostrado "dispuesto" a un acuerdo con Junts, ha afirmado que las cuentas podrían ser "mejores" con el apoyo de la CUP e incluso se ha dirigido a Ciutadans y el PP para indicar que también está "en las manos" de estas formaciones que unas cuentas que "revierten los recortes" sigan su curso parlamentario.

La tensión vivida en el intercambio entre Jéssica Albiach y Pere Aragonès en el Parlament no han impedido, sin embargo, que las reuniones y las negociaciones sigan. De hecho, este mismo miércoles por la tarde, una delegación de los comunes liderada por Joan Carles Gallego (acompañado por las diputadas Susanna Segovia y Núria Lozano, y el coordinador del grupo Ximo Balaguer) se ha reunido durante cerca de una hora con Núria Cuenca (secretaria general de la Presidència), Marc Ramentol (director general de Coordinació Interdepartamental) y Josep Maria Aguirre (secretario general de Economia i Hisenda). Con todo, fuentes de los comunes indican que todo sigue "igual" y "sin ningún avance".

El Hard Rock, el motivo de la discordia

En una entrevista en ElNacional.cat hace un mes, el portavoz de los comunes, David Cid, advertía que "si el Hard Rock sale adelante", ellos no formarían parte de la ecuación de los presupuestos. Para la formación de Jéssica Albiach, es un proyecto "nefasto" que, en la actual "crisis hídrica", "no tiene cabida": "Es mucho más que un macrocasino, comportará problemas en salud mental, inseguridad o abuso excesivo del agua". "Por el bien del país, enmienden el error. Rectifiquen, es una decisión política, hay tiempo", decía Albiach esta mañana cuando ha finalizado su intervención. Desde la perspectiva del Govern, es "incomprensible" tener que lanzar por la borda los presupuestos" por el Hard Rock cuando "no hay ni un euro, ninguna partida ni ninguna medida" para este proyecto. A su vez, los comunes cargaron contra el hecho de que digan que son ellos quienes han puesto en el centro de las negociaciones el Hard Rock: "Quien lo hizo fue el PSC, que condicionó la aprobación de los presupuestos al hecho de que el macroproyecto tirara hacia adelante", ha afirmado Albiach en la cámara catalana.

Además, el ejecutivo sostiene que no se puede paralizar el Hard Rock, que se tiene que respetar la tramitación administrativa y que, en el remoto caso de que se hiciera, podría suponer un "riesgo indemnizatorio". Al mismo tiempo, el Govern espera, antes de la aprobación del Plan Director Urbanístico, un informe sobre la viabilidad medioambiental del proyecto que se espera desde hace tiempo. Tanto la CUP como los comunes quieren que este informe se conozca pronto. En el escenario en que los de Albiach exigen parar esta iniciativa para el Camp de Tarragona, el ejecutivo ve, además, una posible prevaricación ante la posibilidad de que se tenga que "presionar" por la publicación del informe. Fuentes de los comunes lo enmiendan y consideran que frenar el Hard Rock es una "decisión política": "Lo que estamos pidiendo al Govern es que gobierne".

A pesar de verlo inviable, el president de la Generalitat ha querido ponerse por un momento en la hipótesis de paralizar este proyecto durante la sesión de control y ha querido advertir de las "consecuencias": "Con la actual composición del Parlament, no se puede. No nos hagamos trampas. Si lo acepto, habrá un grupo que se retirará y, por lo tanto, perderemos las cuentas". Al mismo tiempo, los comunes remiten al Govern a cumplir las resoluciones de la cámara catalana. En específico, hacen alusión a un punto de una propuesta de resolución de su partido que se aprobó en el monográfico sobre sequía y cambio climático, que instaba al ejecutivo a "parar cualquier modificación de planeamiento urbanístico en el sector turístico que suponga movilizar más recursos hídricos por encima de 100 litros por persona y día, hasta que el consumo de agua del sector primario e industrial no esté garantizado".

De hecho, los comunes también se aferran al hecho de que este mismo miércoles Salvador Illa haya aseverado que "hay que cumplir las resoluciones" aprobadas de la cámara. Ahora bien, una proposición de la CUP que sí que hacía referencia explícita al Hard Rock y planteaba pararlo sí que fue rechazada. Después del encuentro de este miércoles por la tarde, tanto comunes como el Govern se han instado a seguir hablando a lo largo de la semana y tener una próxima reunión que podría ser este jueves o viernes: "No nos levantaremos de la mesa esperando que el Govern corrija su error", apuntan desde el grupo liderado por Jéssica Albiach.

Aragonès, "dispuesto" a un acuerdo con Junts

El Govern inició estos presupuestos con la voluntad de entenderse con el PSC, Junts per Catalunya, la CUP y los comunes. Después del acuerdo con los socialistas, los cupaires dieron por finalizadas las conversaciones y registraron una enmienda a la totalidad. El martes, lo hacían los comunes ante la "falta de rectificación" del ejecutivo por el Hard Rock. Las miradas volvían a mirar hacia Junts per Catalunya, y asimismo también lo ha evidenciado Aragonès: "Estoy plenamente dispuesto a llegar a un acuerdo". El president ha expuesto que trasladaron una propuesta a los juntaires con "74 medidas que suman centenares de millones de euros" y que incluye "el 70%" de las propuestas de la formación de Carles Puigdemont. El presidente de Junts en el Parlament, Albert Batet, ha erigido a su grupo en "alternativa" y también ha tendido la mano a Aragonès si tienen en consideración el "equilibrio territorial, menos impuestos y menos burocracia". Los juntaires presentaron a mediados de febrero una propuesta con 114 medidas al ejecutivo, entre las que destacaban la eliminación del impuesto de sucesiones. Ahora bien, el Govern ha insistido en que no aceptarán este punto.

Des de Junts lamentan que solo se hayan producido tres reuniones hasta ahora, aunque este jueves se podría producir la cuarta. Ahora bien, en lo que sí que ya han presentado la enmienda a la totalidad es a la ley de acompañamiento de los presupuestos. El periodo para hacerlo finalizaba este martes y lo hacían porque todavía esperan el "retorno total" de sus propuestas al ejecutivo. La cuenta atrás para el 13 de marzo se augura frenética.