En una semana, el Govern sabrá si su proyecto de presupuestos decae o bien puede continuar su tramitación en el Parlament con la posibilidad de que se puedan aprobar durante la primera quincena del mes de abril. Cuando faltan siete días para el debate a la totalidad de las cuentas, el ejecutivo cuenta con 66 votos a favor, pero le faltan al menos dos para poder mantenerlos vivos. Este martes, el terreno se complicaba para Aragonès con la enmienda a la totalidad presentada por los comunes, que insisten en que, si se mantiene el Hard Rock, ellos no formarán parte de la ecuación. Y así se ha constatado, nuevamente, en la sesión de control en el Parlament este miércoles, donde el president de la Generalitat ha admitido que, si frenara este proyecto, podría perder el apoyo de los socialistas y seguiría sin poder sacar adelante los presupuestos.

La líder de los comunes en la cámara catalana, Jéssica Albiach, ha querido señalar que "quien puso en el corazón de las negociaciones el Hard Rock fue el PSC, ya que condicionaron la aprobación de los presupuestos al hecho de que el Hard Rock prosperara". "El Hard Rock es mucho más que un macrocasino, es una idea nefasta en materia de salud mental, inseguridad o abuso excesivo del agua", ha añadido Albiach. Con todo, los comunes han reiterado que hay tiempo para negociar: "Por el bien del país, enmienden el error. Rectifiquen, es una decisión política, hay tiempo". Durante su réplica, Aragonès ha destacado que, si aceptaran parar el Hard Rock, habría una "reclamación patrimonial" y se quedarían con solo 41 votos: "Con la actual composición del Parlament, no se puede. ¿Tenemos que lanzar por la borda los presupuestos porque la otra mayoría no es posible con el actual Parlament? No hagamos trampas. Si lo acepto, habrá un grupo que se retirará y, por lo tanto, perderemos las cuentas".

A lo largo de la sesión de control, Aragonès ha apelado a los diferentes grupos —a excepción de Vox— a permitir la tramitación de los presupuestos la próxima semana porque permiten "superar los recortes en el ámbito educativo, dan un salto hacia adelante en sanidad y vivienda, en protección del medio ambiente y en la generación de oportunidades". Dirigiéndose a los comunes, ha reiterado que "no hay ningún euro, ninguna partida ni ninguna medida" para el Hard Rock y ha reclamado "responsabilidad para dejar atrás los recortes y enfocar el futuro con todos los recursos disponibles" para la ciudadanía. "Ustedes escogen si avanzamos o retrocedemos", ha lanzado a los comunes.

El PSC también presiona por los presupuestos y Aragonès asegura estar "dispuesto" a un acuerdo con Junts

Todas las preguntas de los diversos grupos han ido orientadas a los presupuestos, que se debatirán la semana que viene en la cámara catalana. En el caso de Junts, Albert Batet ha preguntado por la baja ejecución de las inversiones del Estado en Catalunya, momento en que Aragonès ha insistido en que "lo que vale la pena es aprobar los presupuestos de la Generalitat". El president de la Generalitat ha afirmado que el 22 de febrero hicieron llegar una propuesta sobre las cuentas a Junts, con 74 medidas que "suman centenares de millones de euros": "Incluyen el 70% de sus propuestas, estoy plenamente dispuesto a llegar a un acuerdo". A su vez, Batet ha afirmado que la situación en Catalunya es un "guirigay" por los encontronazos con los comunes.

También ha hecho referencia a las cuentas el jefe de la oposición, Salvador Illa. Su partido anunció un acuerdo presupuestario con el Govern el martes pasado y este miércoles ha defendido que es "bueno" para el país que este proyecto se apruebe. En este sentido, ha repartido reproches a Junts y los comunes. A los juntaires, les ha recordado que ni él ni su grupo son "responsables de que Aragonès sea president, otros no pueden decir lo mismo, que han pasado de blanco a negro". A los de Jéssica Albiach, les ha criticado que "lo que no parecía un problema el año pasado [el Hard Rock] ahora sea un problema y un obstáculo, es realmente curioso". Illa ha defendido su posicionamiento en los presupuestos porque piensan "más en el país que en las elecciones": "Es política útil, la que creemos que conviene al país".

A pesar de su enmienda a la totalidad, el jefe del ejecutivo ha querido volver a "tender la mano" a la CUP, afirmando que si cuentan con su apoyo, el "presupuesto será mejor". A pesar de todo, la diputada de los anticapitalistas, Mar Ampurdanès, ha calificado las cuentas de "continuistas" y ha insistido en que hacen falta 1.000 millones de euros en vivienda: "Han decidido tocar el violín con la derecha, al compás del PSC; no se puede distinguir el proyecto del Govern del que tiene el PSC o del de la patronal". El president Aragonès también ha indicado que está "en las manos" del PP y Ciutadans que la semana que viene no caigan unos presupuestos por la "prosperidad" de Catalunya. El dirigente del PP, Alejandro Fernández, ha criticado que el Govern se haya instalado en la "cultura del no", hecho que considera que es una "victoria de la CUP": "Ya basta de la Catalunya paralizada y decadente a la cual nos dirigimos". Al republicano no le ha hecho "gracia" la "frivolidad" de Fernández porque, según su opinión, la "cultura del no la representan" los populares: "No al sistema de financiación justa, no a garantizar los derechos de la lengua catalana, no a las inversiones de Rodalies o no a la voluntad mayoritaria de Catalunya".