El president, Carles Puigdemont, ha ironizado durante la entrevista que esta noche le ha hecho el director de TV3, Vicent Sanchis, que la presión del Gobierno español para parar el referéndum ha acabado poniendo en evidencia al ejecutivo de Mariano Rajoy. "Buscando papeletas han acabado perdiendo los papeles", ha remachado.

Durante la entrevista de una hora y media, Puigdemont ha advertido que el 2 de octubre muchos actores políticos españoles que han mostrado una respuesta "granítica" ante las reivindicaciones catalanas "quedarán deslegitimados e inhabilitados" para gestionar el postreferéndum, tanto si la victoria es para el sí como si es para el no. "¿Por qué Rajoy ha renunciado a hacer política? Quien se ha negado a hacer política es quien tiene que dar explicaciones al día siguiente", ha advertido.

El día 2 se ha de comenzar a negociar imperativamente

En este punto, Puigdemont ha enviado un mensaje claro al Estado: "Lo que es irrenunciable es que al día siguiente el llamamiento al diálogo que haré aquella noche se tiene que atender. Se tiene que acabar esta negación absoluta a hablar. Este derecho no existe. Imperativamente el día 2 se tiene que empezar a negociar".

Como está siendo habitual desde que se aprobó la ley del Referéndum, el president ha evitado dar detalles sobre la votación aunque al ser preguntado sobre la tarjeta censal ha asegurado que se hará lo que prevé la ley, y se ha remitido a una rueda de prensa que el Govern convocará en los próximos días para explicar todos y cada uno de los aspectos técnicos. "Serán condiciones que ofrecerán todas las garantías. Esta es la responsabilidad del Govern", ha asegurado.

Al ser interrogado sobre qué hará Barcelona ante el referéndum, ha garantizado que se podrá votar —"quien tiene la responsabilidad es el Govern, no el Ayuntamiento"— y ha destacado la denuncia que ha hecho Ada Colau de los ataques que están recibiendo los alcaldes. "Se podrá votar en Barcelona. Nuestro objetivo es que en un porcentaje muy alto, pero mucho, de los más de 6.000 colegios electorales serán los mismos de siempre", ha insistido a pesar de admitir que habrá que hacer "algunos ajustes".

Mossos

En relación al papel de los Mossos, que ayer fueron advertidos por la Fiscalía que tienen que actuar contra el referéndum, ha insistido que tienen que hacer lo que les corresponda. "Su prioridad es perseguir a los criminales, en un país que estamos a nivel 4 sobre 5 de alerta, creo que todo el mundo prefiere que su policía esté persiguiendo terroristas", ha insistido.

De hecho, a lo largo de toda la entrevista ha querido quitar hierro a los obstáculos que ha conseguido poner el Estado a la convocatoria del 1-O. "El Govern ha superado todas las pruebas de estrés", ha afirmado además de señalar que es gracias a esta capacidad que el ejecutivo catalán ha podido responder en 20 minutos al cierre de la web del referéndum.

Ingeniería destructiva en el Parlament

Puigdemont no ha escondido el enfado por la situación que se generó la semana pasada con el pleno en el que se aprobó la ley del Referéndum. Ha denunciado que se articuló una "ingeniería destructiva" para atacar la institución y dejar la ley que se estaba aprobando "contaminada de aquellos vicios"; ha reprochado la actitud de la oposición —"No se vale todo. Demuestran que no se creen la institución, porque cuando les conviene la manosean y no consiguen el efecto que pretendían"—; y ha contrapuesto esta actitud con el papel que tuvieron JxSi y la CUP —"cualquiera que vea las imágenes, podrá decir dónde estaba el seny y dónde la rauxa"—.

"Lo que tuvo que pasar la presidenta del Parlament no se lo merece nadie", ha advertido Puigdemont que incluso ha hablado de "bulling" contra Carme Forcadell.

De qué lado está la democracia

Una parte importante de la entrevista se ha dedicado a valorar de manera crítica la respuesta del Estado frente al referéndum. "Todo el mundo tiene claro de qué lado está la democracia", ha asegurado refiriéndose a la respuesta del TC o la Fiscalía. Ha descartado las amenazas del TC para apartarlo de la presidencia, de igual manera ha restado credibilidad a las amenazas de la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, de activar el artículo 155 de la Constitución en cinco días. "Puede decir lo que quiera, pero votaremos", ha remachado.

Agradecimiento a los alcaldes

También ha tenido que responder a la situación en que la Fiscalía General del Estado ha situado a los alcaldes que han dado apoyo al referéndum. "Les quiero agradecer el coraje y el compromiso, muchos de ellos respondieron en cuestión horas a la petición del Govern, después de las amenazas siguieron y el 75% respondió afirmativamente. Estamos a su lado", ha remachado.

Ha asegurado que el movimiento de la Fiscalía contra los ediles "es una barbaridad", y ha anunciado que acudirá al acto convocado este sábado en la plaza Sant Jaume en protesta contra la citación de la Fiscalía General del Estado. "Es un engaño y una maniobra del miedo que no tiene ningún argumento legal ni jurídico", ha asegurado.

Responsable del referéndum

Al ser interrogado sobre la situación en que quedan los funcionarios con la convocatoria de l'1-O, ha insistido en que la máxima responsabilidad es del Govern. "Que yo como president y el Govern asumamos toda la responsabilidad del referéndum es evidentísimo, no nos escondemos", ha asegurado.

"Habríamos querido un referéndum acordado con el Estado español", ha insistido. "No ha sido posible, además en un clima de gran hostilidad, una fijación muy grande, y eso dificulta. Estamos poniendo todos los esfuerzos para que el 1-O estén las condiciones de normalidad, que la gente pueda ir a votar, que decida lo que quiera", ha asegurado.

El director de TV3 ha querido proyectar el anuncio que informa sobre la convocatoria del referéndum, prohibido por el TC, y ha quitado hierro a las decisiones de algunos medios de no difundirlo —"quiero un país donde las empresas privadas tengan la libertad para decidir, no tengo nada que decir sobre las decisiones que tomen las empresas"— y ha negado que se haya presionado a empresas para publicar el anuncio —"nosotros no nos dedicamos a llamar a los medios ni para orientar portadas ni para retocar cifras de participación en manifestaciones"—. 

Cuando se le ha preguntado sobre las pitadas que puede haber oído en la calle contra él, ha quitado importancia y ha advertido, en una referencia indirecta a la bronca que tuvo que soportar el rey Felipe VI en la manifestación contra los atentados de Barcelona, que "hacer un drama de que a un político lo silben refleja una debilidad democrática".