El expresident de la Generalitat y líder de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, ha cargado contra al president Salvador Illa por el viaje en el que está inmerso en China para tender puentes económicos y diplomáticos con el país asiático. El dirigente juntaire ha instado Illa a pronunciarse sobre "la sistemática represión china contra la oposición democrática" en Hong Kong, sobre la "amenaza" en el pueblo uigur, en contra de la "persistente persecución" al pueblo tibetano y también contra el "intento de sustituir la lengua del pueblo mongol por el chino".

Puigdemont ha reprochado a Illa que haya cerrado la delegación catalana en Tel Aviv como represalia por los crímenes de guerra cometidos por el Ejército israelí contra los palestinos, pero que al mismo tiempo "cultiva los lazos con un régimen que está perpetrando una de las represiones a gran escala más silenciadas de la historia". "Silenciadas por los que les hacen la pelota, por los que no hablan en los telediarios ni en las redes sociales, por los que hacen grandes negocios mientras van desindustrializando Europa", ha argumentado el líder juntaire en la red social X.

El presidente Illa se encuentra esta semana en China, en un viaje oficial para construir puentes institucionales y económicos en el que se está reuniendo con altos cargos políticos del gigante asiático y está visitando varias empresas como Huawei, Damm, Seat o Chery. Se trata del segundo gran viaje que hace fuera de Europa, después de que a finales de mayo se desplazó a Japón y Corea del Sur con la mirada puesta a captar inversiones asiáticas. Allí, Illa se ha reunido con Yin Li, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China y secretario del partido en Pekín, y con Wu Weihua, vicepresidente de la Asamblea Popular Nacional de China. El presidente también ha anunciado la apertura de una delegación de la Generalitat en Pekín, que tendrá que estar activa antes de acabar el año.

Uigures, tibetanos, hongkoneses y mongoles

Los uigures a los que hace referencia Puigdemont son un pueblo del Asia central de fe musulmana que se convierte en una minoría étnica de unos ocho millones de personas en medio de la inmensidad de China. Se trata de un grupo concentrado principalmente en la región autónoma de Xinjiang, en la parte noroeste del país. Organizaciones por los derechos humanos como Human Rights Watch o Amnistía Internacional y las Naciones Unidas han denunciado a lo largo de los últimos años que en torno a un millón de uigures han sido encarcelados en "campos de concentración secretos a gran escala", en los cuales serían adoctrinados en los postulados del Partido Comunista chino y en la cultura de la etnia mayoritaria Han. También se han denunciado esterilizaciones y trabajos forzados. Pekín, por su parte, asevera que en Xinjiang existe la amenaza del terrorismo separatista e islamista y que pone remedio.

Con respecto al Tíbet, la región se encuentra ocupada militarmente desde 1950, cuando las tropas de Mao Zedong irrumpieron en el corazón del budismo e hicieron al dalái lama —entonces con 15 años— firmar un tratado para oficializar la anexión del territorio por parte de China. Organizaciones protibetanas han denunciado que desde la Revolución Cultural, se ha perseguido su cultura y religión. Actualmente, el dalái lama vive exiliado. El gigante asiático, por su parte, lo ha defendido siempre como una "liberación". Con respecto a la Mongolia Interior, región autónoma donde vive una minoría étnica mongola, China ha implementado políticas para imponer el chino mandarín a las escuelas y ha reprimido las protestas en contra, una situación de la que se ha hecho eco Puigdemont en su tuit.

En cuanto a Hong Kong, la región fundamentalmente insular fue transferida en 1997 en la China después de 156 años control colonial británico y actualmente se constituye en una región administrativa especial que tiene que garantizar libertades civiles y cierto grado de autonomía política. Sin embargo, en los últimos años se ha intensificado la represión contra las protestas prodemocráticas al territorio y contra la prensa crítica, especialmente a partir del 2019, cuando hubo grandes concentraciones contra una ley de extradición que permitía enviar sospechosos a la China continental. China considera que estos movimientos son actos de subversión, secesión o de injerencias extranjeras y promulgó en 2020 una polémica ley de "seguridad nacional".