La solución de la batalla arancelaria de Donald Trump con la Unión Europea ha pillado al president de la Generalitat, Salvador Illa, en China, desde donde ha defendido que la gran lección que deja este episodio es la necesidad de diversificar la economía y buscar nuevos mercados. Illa ha hecho esta valoración desde Pekín, en la cuarta jornada de su viaje oficial a China, después de reunirse con los responsables del Consejo Chino para la promoción del Comercio Internacional y antes de celebrar un encuentro con el viceministro del Departamento Internacional del Partido Comunista de la China, Ma Hui.
Previamente, la madrugada del domingo, el presidente de los Estados Unidos y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, habían cerrado un acuerdo en Escocia para rebajar los aranceles comerciales, del 30% que había anunciado el mandatario americano y que tenían que entrar en vigor este 1 de agosto, hasta el 15%.
Marco de certeza
A la espera de conocer la letra pequeña del acuerdo alcanzado entre Trump y Von der Leyen, Illa ha celebrado que el pacto ofrece un marco de certeza, pero ha advertido que la lección que hay que extraer de este asunto es la necesidad de diversificar la economía. "Diversificar las relaciones económicas y comerciales de Catalunya, en el marco de la estrategia que sigue el gobierno de España, y abrirnos a nuevos mercados, que nuestros productos puedan tener entrada y presencia en otros mercados", ha explicado el mandatario catalán que ha subrayado que este es precisamente el objetivo del viaje a China, al igual que era el motivo central de la visita que hizo a finales de mayo a Japón y Corea.
Con respecto al impacto que los aranceles tendrán para la economía catalana, ha insistido que lo más importante no es el impacto directo, excepto algunos casos muy específicos, como cosméticos o sectores agroalimentarios, sino el efecto indirecto, en la medida en que afectará a terceros países con los cuales Catalunya mantiene una relación intensa, cómo es, por ejemplo, el caso de Francia.
China y "sus peculiaridades"
Illa ha admitido que China es un marco económico "con sus peculiaridades", pero ha asegurado que los contactos que está manteniendo con empresas catalanas que trabajan en este país, como Roca o Damm, le ha permitido constatar que hay empresas catalanas que están haciendo "muy buen trabajo" de introducción de sus productos, porque han sabido "entender la idiosincrasia del país, y sus necesidades".
Con respecto a la respuesta que recibe de las autoridades chinas, ha asegurado que es de apertura y positiva, "de voluntad de abrirse a una relación más intensa desde un punto de vista económico y comercial, pero también cultural con Catalunya y España", en el marco también de su estrategia de fortalecer las relaciones con Europa y España.
El Govern, por la continuidad de Sánchez
El president ha hecho estas declaraciones horas antes de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haga su rueda de prensa de balance del curso político, y ha subrayado los buenos datos económicos para destacar el trabajo hecho por el Gobierno y la valoración que se hace de sus cifras económicas en el exterior.
"Nosotros lo tenemos claro desde el Govern de Catalunya, que lo que le conviene a Catalunya es que el gobierno de España continúe hasta el final de la legislatura, y en este sentido haremos toda la parte que nos corresponda a nosotros para que así sea", ha remachado.
Calçots liofilizados
El viaje oficial de Illa a China ha incluido este lunes el casi inevitable capítulo culinario, en el marco del Año mundial de la gastronomía catalana. Si en Japón la delegación catalana se hizo acompañar de Joan Roca y Carme Ruscalleda, en Pekín, la Agència Catalana de Turisme se ha presentado con el chef del restaurante Disfrutar de Barcelona, Eduard Xatruch, reconocido con tres estrellas Michelin y galardonado como el mejor restaurante del mundo.
El menú, bajo el título Catalunya, un diálogo entre el Mediterráneo y los Pirineos, recorría la geografía catalana, empezando por Barcelona, donde se encuentra el restaurante, pasando por Tarragona, Lleida, la Seu d'Urgell, Figueres y Girona. El plato estrella, el calçot liofilizado que adquiere una textura de crujiente formada por las diferentes capas de cebolla y acompañado con un romesco de miso y un consomé con alga kombu y atún seco.
En total once platos, que arrancaban con un pan con tomate, fuet y longaniza, seguido de la croqueta de pollo asado a la catalana con ciruelas y piñones, caca de recapte con escalivada y anchoas de l'Escala, xatonada, suquet de rape con almejas y calamar relleno con butifarra de perol, manitas de cerdo con colmenillas y gambas de Palamós, canelón de ternera con salsa trufada y crujiente de queso, crema catalana con carquinyoli y pan con chocolate y aceite de oliva.