El president Carles Puigdemont expondrá este martes el "marco básico" que exige al PSOE -o al PP- para poder abrir una negociación" para la investidura del próximo presidente del Gobierno. Puigdemont fijará estos requisitos en una conferencia que pronunciará en Bruselas para inaugurar las jornadas interparlamentarias que Junts celebrará el martes y miércoles en la capital belga. Junts ha dejado claro que cualquier negociación para la investidura tiene que poner sobre la mesa la amnistía y el derecho a la autodeterminación. Fuentes próximas al líder independentista subrayan que este martes Puigdemont, como máximo responsable de las negociaciones, fijará unas "reglas del juego" que se basarán en "principios internacionalmente aceptados" en este tipo de conversaciones.

La conferencia se celebrará al día siguiente que la reunión de casi tres horas entre Puigdemont y la vicepresidenta del gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, introdujera un cambio sustancial en la situación del líder independentista que, por primera vez desde que en el 2017 se exilió en Bélgica, celebraba un encuentro público con una representante del ejecutivo español y rompía el aislamiento que desde Madrid se le había impuesto. La reunión levantó una fuerte polvareda en la política española. La Moncloa se desmarcó tan pronto trascendió la visita y la circunscribió al ámbito de Sumar. Pero este argumento no satisfizo a la oposición de PP y Vox.

Reglas internacionales

Puigdemont ha desmentido repetidamente que hubiera todavía ninguna negociación abierta para la investidura ni ninguna propuesta a ningún partido político, y ha advertido sobre la necesidad de diferenciar entre un diálogo y una negociación. "El diálogo es previo a toda negociación; puede servir para fijar el marco en que esta puede discurrir, o puede servir para comprobar que no hay margen de negociación", advertía el jueves pasado a través de Twitter. Ayer, después de entrevistarse en el Parlamento Europeo con Díaz, tanto Sumar como Junts avanzaron en este diálogo y se comprometieron, a través de sendos comunicados, a "explorar todas las soluciones democráticas" al conflicto entre el Estado y Catalunya.

El "marco" que hoy dibujará Puigdemont exigirá el establecimiento de unas reglas claras para abordar las reclamaciones de Junts con respecto a la negociación en torno a la amnistía y el derecho a la autodeterminación como requisito imprescindible para empezar a abordar las conversaciones en torno a una investidura, y basará sus exigencias en los principios reconocidos internacionalmente en este tipo de negociaciones.

Precisamente las condiciones en que se tenía que abordar la mesa de diálogo que se creó entre el gobierno de Pere Aragonès y el de Pedro Sánchez se convirtió en una de las principales fuentes de conflicto entre los diferentes partidos implicados, hasta el punto que acabó con la exclusión de Junts de este foro. Después de meses reclamando la presencia de un mediador a la negociación, el detonante que provocó la ausencia del partido de Puigdemont de las reuniones de la mesa de diálogo fue la imposición de que los negociadores fueran miembros de los respectivos gobiernos. Esta vez, Junts quiere dejar claras las condiciones desde el primer momento.

Expectación

La intervención de Puigdemont, que mantiene en su mano la llave de la investidura del próximo presidente español, ha levantado una fuerte expectación. Esquerra enviará una representación encabezada por la diputada en el Congreso Teresa Jordà para seguir in situ la conferencia, aunque Junts ha dejado claro que su estrategia negociadora es muy diferentes a la de ERC. El propio Puigdemont tuvo oportunidad de explicarle al president Pere Aragonès las divergencias estratégicas entre las dos formaciones durante una conversación privada de más de una hora que mantuvieron en Prada de Conflent el pasado mes de agosto cuando coincidieron en el homenaje a Pau Casals en la Universitat Catalana d'Estiu y donde el político de ERC apostó por una coordinación en la negociación en Madrid.

No solo será ERC quien se presentará en el hotel belga donde Junts celebra su reunión interparlamentaria, también la CUP enviará representantes -el diputado Carles Riera y el portavoz del secretariado nacional, Edgar Fernández- aunque han dejado claro que viajan a Bruselas con escepticismo y para recordar que la CUP "solo podría concebir un escenario de diálogo con el Estado si incorpora, explícita e indiscerniblemente, no solo la amnistía sino también el ejercicio de la autodeterminación".

Sin improvisaciones

Fuentes próximas al president en el exilio, aseguran que nada del proceso de negociación que se tiene que abrir se está improvisando, que en Waterloo se habían previsto tanto los escenarios posibles como la forma como afrontarlos, y que la posibilidad de contar con un voto decisivo para la investidura del presidente español era una de las posibilidades que había encima de la mesa.

Según estas fuentes, también el acuerdo sobre el uso del catalán en el Congreso y en Europa, que permitió la constitución de la mesa de la Cámara baja, forma parte de estas propuestas ya previstas. El pasado mes de febrero, ocho meses después de que el Gobierno se hubiera comprometido por escrito a solicitar que el catalán fuera considerado lengua de uso en el Parlamento Europeo, los eurodiputados de Junts impulsaron una pregunta ante el Consejo de la UE a través del eurodiputado irlandés Chris McManus pidiendo información sobre si algún país miembro había solicitado formalmente incluir el catalán, el bretón, el galés y el corso, como lenguas oficiales en la UE. El Consejo respondió que el Estado español "nunca" había pedido que fueran añadidas como lenguas oficiales de la Unión ninguna de las lenguas oficiales en España diferentes del castellano. Este incumplimiento sirvió para avalar la exigencia de Junts que se formalizara la petición sobre la oficialidad del catalán ante las instituciones europeas antes de garantizar el voto a la Mesa. La misma estrategia que, aseguran, se aplicará al resto de la negociación.