El president Carles Puigdemont ha avisado, coincidiendo con la Diada de Catalunya, que la mesa de diálogo con el gobierno español es papel mojado si no aseguran un referéndum. Como presidente del Consell per la República ha reiterado el mensaje dirigido al Gobierno de Pedro Sánchez: "Es necesario que la negociación con el Estado parta del derecho a la autodeterminación y respete el derecho político, aparte de una mediación independiente". Además, considera que "mientras el debate derivado del referéndum no se haya materializado (...) se seguirán dando las condiciones para luchar por la independencia". Y tilda de "régimen autoritario" el estado español, con quien considera que no se puede pactar. Por todo ello, concluye: "Para salvar la democracia, hay que confrontar".

Compara las elecciones con otro referéndum

Puigdemont ha dado las primeras líneas de cómo enfocará las próximas elecciones catalanas. Y ha asegurado en un vídeo del Consell per la República que "cualquier elección al Parlament tendrá carácter refrendario" si no se "materializa plenamente el mandato" del 1-O. El ahora eurodiputado instó al independentismo a "prepararse" para afrontar la "confrontación inevitable" con el Estado y ha hecho un llamamiento a aprovechar lo que considera que es un momento de debilidad del Estado. "La situación de crisis institucional en el Estado es grave".

Matices sobre el diálogo

En el contexto de crisis económica, social y sanitaria derivado del coronavirus, Puigdemont admite que toca celebrar la Diada de este 11 de septiembre de una "manera atípica", pero lo hace compatible con seguir luchando por la independencia: "Queremos manifestar nuestra solidaridad a todos los afectados y que habéis sufrido la pérdida de un ser querido. Hay que reforzar los servicios públicos, que son las bases esenciales de la futura República Catalana". La falta de autonomía plena y el encarcelamiento o el exilio hacen que, según Puigdemont, el pueblo catalán se convierta en una "minoría nacional sometida a un autoritarismo feroz". Por eso, la mesa de diálogo está presente en buena parte de su discurso: "El diálogo no puede enmascarar la represión y una mesa no significa ya que el conflicto esté resuelto".

En la línea de la mesa de diálogo y la crítica hacia la esterilidad de esta, acentuada con la irrupción de la pandemia del coronavirus, también fue el líder de Esquerra Oriol Junqueras. En una carta publicada ayer en el diario portugués Público, Junqueras lamentaba que "con PSOE y Podemos no había cambiado nada" y reclamaba la internacionalización del conflicto. De momento, los intereses continúan yendo por dos lados paralelos y precisamente el presidente español Pedro Sánchez ha confirmado que está en marcha una segunda reunión, pero en el lado del ejecutivo estatal, los independentistas sólo encontrarán "el reencuentro en vez de autodeterminación", como puntualizó en el Senado.

El mensaje de Puigdemont, publicado como presidente del Consell per la República, refuerza la voluntad de la mayoría independentista adscrita a esta organización y ha hecho un llamamiento a la "voluntad de superación, la perseverancia y reforzar la unidad estratégica de todos por el derecho a la autodeterminación". Además, también ha tenido un recuerdo para dos instituciones muy opuestas.

Recuerda a los Borbones

Por una parte, las Naciones Unidas, donde Puigdemont ha puntualizado que se tiene en cuenta "el derecho a la autodeterminación y al estado independiente como derecho a ser reconocido por un pueblo". Por la otra, la monarquía española: ha eludido a los actuales Borbones, Juan Carlos I y Felipe VI, para retroceder hasta Felipe V. Coincidiendo con una festividad histórica que rememora un pasado trágico, Puigdemont recuerda su figura como el primer monarca hispánico de la dinastía borbónica (1700-1746) que trajo la Guerra de Sucesión. Una guerra donde la brutalidad, cabe recordar, que emplearon los mandos de Felipe V en Catalunya, durante y después del conflicto, no era más que la manifestación de una carrera desbocada para acreditar méritos militares.