El president Carles Puigdemont y el conseller Toni Comín no están a tiempo de renunciar a su escaño en el Parlament para el pleno de mañana, sábado, dado que los trámites que se tendrían que llevar a cabo para dejar el acta de diputado podrían comportar entre 5 y 7 días, según han explicado a El Nacional diferentes fuentes consultadas. Jordi Turull no podrá contar por tanto con estos dos escaños y continuará quedando un voto por detrás de la oposición si mañana se celebra la segunda vuelta del pleno de investidura, como está previsto.

El relevo de estos dos diputados para mañana es, por lo tanto, imposible, más allá del debate sobre si se puede o no hacer el cambio entre las dos sesiones del debate de investidura, lo cual no está contemplado en el reglamento del Parlament y no tendría que ser un problema, a pesar de que desde diferente grupos se ha asegurado que sí.

El auténtico handicap para que el president y el conseller pudieran renunciar al acta sería de tiempo, según las fuentes consultadas. Puigdemont y Comín se encuentran en Bélgica lo cual les obliga a renunciar ante un notario belga, que a su vez tiene que hacer una apostilla, para que este documento pueda tener efecto en el Estado español, y posteriormente se tendrá que homologar.

A partir de aquí, hay que personarse ante la Junta Electoral Provincial, que puede expedir las nuevas credenciales con relativa rapidez, y se podría conseguir en un mismo día, si el apoderado actúa con agilidad.

El trámite más rápido es el del Parlament que, en cuestión de minutos, puede otorgar la condición de diputado una vez se depositan en el registro las credenciales y los papeles firmados por los nuevos parlamentarios.

A todo ello hay que añadir que mañana, sábado, no es día hábil y el pleno empieza a las 10 de la mañana. Solo en caso que Puigdemont y Comín hubieran ya completado los trámites en la parte del procedimiento de Bélgica podría hacer efectivo el relevo en su escaño.

La renuncia de Puigdemont y Comín, que se encuentran en Bélgica exiliados y por lo tanto el TC no les autoriza a delegar su voto -cómo sí lo pueden delegar los diputados encarcelados-, era la única vía para que el candidato Jordi Turull pudiera contar con estos dos escaños para garantizar una mayoría suficiente en segunda vuelta para su investidura.