"Fui con mi mujer a votar el 20D y cuando salíamos, se nos acercó una pareja de unos 60 años de edad. Ella confesó que me votaría a mí, mientras que su marido comentó que votaría a quienes me harían presidente del Gobierno. Pues bien, yo le dije que el cambio no tiene intermediarios". Consciente de que los relatos calan más que las consignas, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, suele contar esta anécdota para lamentar que Podemos no le hiciese presidente del Gobierno, con el objetivo de frenar la sangría de votos hacia sus filas.

Y es que a falta de cinco días para el mitin final de campaña del PSOE, la formación socialista extrema la ofensiva para reconstruir el dique de contención a Podemos. Ferraz no quiere que el desánimo se contagie entre su electorado, de quien necesitan movilizar a los sectores obviados en la última contienda. Según algunas fuentes, el error del 20-D fue centrarse en buscar el electorado joven y descuidar el target mayoritario del partido, por encima de los 55 años. Sin embargo, los socialistas se han encomendado a la vieja guardia y los valores del felipismo para defender su legado en el tramo final hasta las urnas.

González, Rubalcaba, Zapatero

El expresidente Felipe González no sólo estará físicamente presente en el último mitin, que tendrá lugar el viernes por la mañana en Madrid, ahora que las encuestas hablan de sorpasso. Como una alegoría a su obra, el equipo de 'ministrables' de Sánchez se engalanó con diversas personalidades que evocan el período felipista, –como el exministro Josep Borrell– a fin de despertar el sentimiento de los ciudadanos de mayor edad. También han paseado un lema similar al cartel "Por el cambio" con que el PSOE se presentó en 1982 a las elecciones generales. "Un Sí Por el cambio" es el lema con el cual han intentado interpelar a los nostálgicos 34 años después.

La vieja guardia también pasa por recuperar el ex secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, que este lunes participó en un acto en Valencia y el fin de semana en Gijón, en un momento en que el PSOE entero se conjura para reivindicar sus 137 años de historia y experiencia en el poder. Ante las etiquetas que el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se adjudica como "nueva socialdemocracia", o las alusiones sobre que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero era "el mejor presidente de la democracia", el PSOE ha sentido la intimidación de quien invade su espacio, teniéndose que autoafirmar que ellos "sí son" la socialdemocracia que trajo el Estado del Bienestar en España. Eso, sin consideració de que fue Zapatero quien impulsó la reforma del artículo 135 de la Constitución para priorizar el pago de la deuda, alejándose de la vieja guardia.

Pero más allá de los gestos defensivos, la el felipismo lleva un mensaje grabado. González es el protagonista de las palabras de la "cal viva" de Iglesias, siendo "la casta" y aquel que está "sentado en un Consejo de Administración" como recuerdan desde la formación morada. El sevillano es a su vez el sector que no quiere pactar con Iglesias y que durante los meses de negociaciones llegó a asegurar que ni PSOE ni PP deberían impedirse gobernar. Para el histórico de Ferraz, la entente con "el populismo" no debería tener cabida, en pro de la supervivencia de los socialistas.

Así lo advirtió la presidenta andaluza, Susana Díaz, en el Congreso Federal del enero, alertando de que Podemos buscaba su espacio ideológico. Díaz, que será la anfitriona en último día de campaña en Sevilla, tampoco encarnaría el PSOE "sensato" que busca un acuerdo, en palabras de Iglesias. Sin embargo, si el sorpasso no se produce en Andalucía, este podría seguir siendo un feudo influyente en Madrid a la hora de tomar las decisiones postelectorales.

El programa y las llamadas

El dique de contención del PSOE no sólo se servirá de símbolos. El partido ha extremado las precauciones a lo largo de esta semana, empezando por un acto educativo en Vallecas Villa este lunes, a modo de alegoría a la 'reconquista' de Sánchez. La zona había sido un antiguo caladero de voto para Ferraz, hasta que la alcaldesa de Ahora Madrid, Manuela Carmena, lo arrasara en las municipales y los podemitas se impusieran durante las pasadas elecciones de diciembre. 

Por el lado del proyecto, el PSOE se esfuerza cada día de la campaña en enviar una serie de Documentos de un Sí por el Cambio para disipar el temor a no ser reconocidos por sus propuestas. Por si eso no funcionara, los socialistas ya han montado un "call centre" en Ferraz, donde los próximos días harán medio millón de llamadas para movilizar a sus fieles y reclutar voluntarios para la ofensiva de calle. Quizás no quieren subestimar el poder de una llamada, en medio del escándalos por los Papeles de Panamá de la mujer de González.