Mientras el gabinete del president, Quim Torra, insistía en reclamar noticias sobre el equipo técnico de la Moncloa con quien tenían que pactar agenda y orden del día para poner en marcha la mesa de negociación entre los dos gobiernos, el presidente español, Pedro Sánchez, ha decidido ir al grano y ha convocado la cita para el lunes próximo en Madrid. De repente, el debate sobre el mediador que marea desde hace semanas la política catalana se ha transformado en cómo responder a la cita fijada "de manera unilateral" por el gobierno español, el lunes próximo, y al cual se espera respuesta de Torra.

El entorno del president asegura que no había tenido ninguna noticia sobre esta cita hasta este miércoles cuándo a las 11 de la mañana se ha recibido una llamada de la Moncloa apuntando el lunes como el día en que los dos presidentes tienen que poner en marcha el encuentro. Por contra, ERC ha asegurado que sí lo sabía, que el portavoz de republicano en el Congreso, Gabriel Rufián, había sido informado por la portavoz de los socialistas en el Congreso, Ariadna Lastra.

De entrada, el gabinete del president ha respondido a la llamada de la Moncloa señalando los problemas de agenda para acudir el lunes a Madrid, incluso detallando las razones de este impedimento, pero eso no ha disuadido al equipo de Pedro Sánchez, que 20 minutos más tarde ha hecho pública su propuesta. El Govern ha replicado con un comunicado advirtiendo que se había pedido al gobierno español pactar el calendario y "comunicarlo conjuntamente y no hacerlo unilateralmente".

Fuentes del ejecutivo catalán aseguran que no ha habido más contacto a partir de aquella llamada e insisten que el encuentro ha de ser resultado de un acuerdo sobre le calendario y no de una imposición de Sánchez. 

Desde JxCat se ha reprochado al gobierno español la unilateralidad, pero tampoco se ha cerrado la puerta a la cita de manera explícita. De hecho, la portavoz en el Congreso, Laura Borràs, ha asegurado que harán el posible para acudir.

Desde de ERC, Rufián, a pesar de admitir que falta que las dos partes se pongan de acuerdo para concretar la cita, ha asegurado que "más allá de los flequillos que puedan quedar, es una buena noticia que se constituya cuanto antes mejor". El vicepresident, Pere Aragonès, ha instado esta noche a no entretener-se en "detallitos" de si un día o el siguiente y comenzar a dialogar.

Las diferencias entre los dos socios de gobierno en relación a este tema no son ninguna novedad. Tanto en declaraciones públicas como incluso en la última sesión de control en el Gobierno, ha quedado claro las discrepancias en el debate sobre la figura del mediador. 

Este martes, en la rueda de prensa posterior a la reunión de Govern, la consellera de Presidència, Meritxell Budó, había advertido que el ejecutivo de Torra no se dejaría presionar por el calendario fijado por Sánchez que había anunciado la primera reunión para este mes.

En este resquicio entre los socios ha incorporado el Gobierno su envite, desafiando a Torra a descartar la cita del lunes en la Moncloa. El gobierno español ha dejado claro que no está dispuesto a aceptar la figura del mediador y no obstante tampoco puede renunciar al diálogo. L'Instituto Elcano aseguraba en un informe publicado ayer que el conflicto en Catalunya es uno de los principados retos que tiene España de cara a su imagen en el exterior y que tanto los gobiernos como la opinión pública "respiran ahora tranquilos" con la puesta en marcha del diálogo.

Desde el Govern se insiste en que se esperan nuevos contactos para pactar la cita. No obstante, otras fuentes dan por hecho que el encuentro se hará el lunes.