El inicio de la mesa de diálogo entre gobiernos para el conflicto catalán sigue trayendo cola, después el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya ofrecido constituir la mesa lunes que viene a Madrid. El atrevimiento, sin acuerdo previo, no ha gustado al presidente Quim Torra, que ha reprochado que se les haya informado de la propuesta sólo 20 minutos antes de publicitarlo y habiéndolos expuesto ya los motivos de agenda que impedirían al presidente ser lunes en Madrid. Desde de ERC, los terceros en discordia, también reprochan a los socialistas esta manera de funcionar, pero piden que los dos gabinetes se pongan de acuerdo y que no se "dilate" más el inicio del diálogo.

En este sentido, fuentes de la dirección de los republicanos recuerdan que ellos "siempre" están dispuestos a dialogar y piden a los dos gobierno que "se pongan de acuerdo" con la fecha. "No dilatemos, pongámonos a trabajar", apuntan en este sentido.

Lastra trasladó a Rufián la propuesta de fecha

Por otra parte, fuentes del entorno del partido en Madrid confirman que el PSOE les había hecho llegar la propuesta de reunirse el día 24 de febrero. Lo habría hecho la portavoz de los socialistas al Congreso, Ariadna Lastra, en un contacto con el portavoz republicano en Madrid, Gabriel Rufián, mantienen una fluida relación con quien. Sin embargo, aseguran que trasladaron a Lastra su predisposición a reunirse el día 24, pero les advirtió que tenían que hablarlo y pactarlo con la presidencia de la Generalitat.

"Lo que no tenía que hacer al PSOE era hacer pública la fecha. No es la manera de funcionar", apuntan la mismas fuentes en El Nacional. Sin embargo, insisten en que "lo importante es que se reúnan" y avisan de que tampoco hay más fechas para hacer la mesa si tiene que ser antes de que acabe el mes de febrero, tal como Sánchez después de reunirse con Torra hace una semana y media en Barcelona. También ERC exigió, en una rueda de prensa este lunes, que el primer encuentro se celebrara la semana que viene.

La polémica del mediador, de trasfondo

La discordia por la fecha se junta ahora con la del mediador, principal discrepancia hasta ahora para no poner en marcha la mesa. El presidente Quim Torra, y por extensión JxCat, reclaman como imprescindible que haya un mediador en las negociaciones, y se escudan en una votación en el Parlament donde los tres grupos independentistas, también ERC, dieron apoyo. Los republicanos, sin embargo, piden que no sirva como coartada para no llegar a poner en marcha el diálogo.

Desde la Moncloa insisten en que en el acuerdo con ERC para la investidura no se pactó ningún mediador y cierran la puerta a incluirlo ahora.