La temperatura máxima de este miércoles en Madrid se ha alcanzado a primera hora de la mañana dentro del Congreso de los Diputados. El caso Cerdán ha convertido la cámara baja en un lodazal de acusaciones cruzadas entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo por corrupción. El líder del PP ha acusado a su homólogo socialista de ser "el lobo que ha liderado una manada corrupta" durante los años en que ha sido líder del PSOE, le ha vuelto a pedir su dimisión y ha alargado la mano a Junts per Catalunya, PNV y también Esquerra Republicana para sumarse a una moción de censura: "Me faltan cuatro votos, no me faltan las ganas". El líder socialista se ha escudado con una estrategia de y tú más, encendiendo un ventilador con el que ha enumerado una larga lista de casos de corrupción del PP; pero ha reconocido también haber "perdido la confianza de los ciudadanos" y "no haber estado a la altura". La bancada popular también ha hecho cánticos de "dimisión". El malestar se ha extendido a los socios de investidura: Gabriel Rufián ha abierto la puerta a retirarle a Sánchez el apoyo parlamentario. El malestar ha llegado incluso dentro de la coalición: la vicepresidenta primera, Yolanda Díaz, y algunos ministros de Sumar como el de Cultura, Ernest Urtasun, y la de Juventud e Infancia, Sira Rego, se han ausentado de esta sesión de control en señal de protesta por el escándalo de corrupción.

 

El presidente del Gobierno no tenía que participar en una sesión de control en este hemiciclo hasta después del verano, pero la trama irregular de cobro de comisiones por adjudicaciones que afecta a sus dos exsecretarios de Organización obligó al líder socialista a hacer un hueco en su agenda. Feijóo ha arrancado este cara a cara recordando que hace un año Sánchez escribió una carta por el caso Begoña Gómez en la que se declaraba "un hombre profundamente enamorado". "Ahora es un presidente profundamente atrapado en una trama de corrupción; la carta que esperan los ciudadanos es la de su dimisión", ha lanzado. Más tarde, ha asegurado que hace catorce meses José Luis Ábalos se convirtió en el principio de una trama de corrupción socialista, pero "Santos Cerdán no será el final". Ha sido entonces cuando se ha dirigido a Junts, PNV y ERC para escoger si quieren continuar "en el barco de la corrupción" o sumarse a una moción de censura del PP.

Sánchez continúa enrocado en la Moncloa: "Solo habrá un adelanto de sentencias del PP"

En su respuesta a Feijóo, el presidente socialista ha vuelto a enrocarse en la Moncloa, oponiéndose a dimitir o a convocar elecciones anticipadas; ha asegurado que el único "adelanto" que habrá en los próximos meses es el de sentencias de casos que afectan al PP, en referencia a la trama Kitchen. En unos días de elevadísimo nerviosismo, también ha sufrido un lapsus cuando ha pronunciado la siguiente frase: "La corrupción cero no existe, pero la tolerancia en mi organización es absoluta". Ha sido entonces cuando se ha referido al PP como "enciclopedia de la corrupción", ha mencionado algunos de estos casos y ha recordado que Feijóo es presidente del PP "para tapar" las irregularidades del entorno de Isabel Díaz Ayuso, "que fueron denunciadas por Pablo Casado". Ha vuelto a hacer broma de Feijóo: "El presidente que no lo es porque no quiere no presenta una moción de censura porque los otros no quieren". La respuesta del presidente socialista ha indignado a la bancada popular, que ha respondido con cánticos de "dimisión". Las acusaciones cruzadas de corrupción se han mantenido durante el resto de la sesión de control, en los turnos de pregunta de los diputados del PP a los ministros de la rama socialista.

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El líder de Vox, Santiago Abascal, abandona el hemiciclo señalando a Sánchez con el dedo / Foto: Europa Press

Después de Feijóo ha sido el turno de Santiago Abascal. El líder de Vox ha tachado a Sánchez de "corrupto, indecente y traidor" y, después de proferirle varios ataques y preguntarle "cuánto dinero ha robado" su entorno, el ultraderechista ha abandonado el hemiciclo apuntando amenazadoramente al presidente español con el dedo y sin escuchar su respuesta. El socialista le ha recriminado su "falta de respeto" y ha recordado las sanciones de Tribunal de Cuentas al partido de extrema derecha por financiación irregular.

Rufián abre la puerta a retirar el apoyo a Sánchez

Después de Feijóo y Abascal, ha sido el turno de Gabriel Rufián de subir al ring. En su cara a cara con Sánchez, ha elevado el tono y ha pedido al presidente español que "no hagan escoger entre corruptos cutres y corruptos prémium". "Les diremos que la gente decida y no nos responsabilicen de lo que tenga que pasar con este Gobierno y este país porque la culpa será exclusivamente del PSOE", ha dicho el líder de Esquerra Republicana en esta cámara. En su réplica, Sánchez ha sido especialmente duro en el tono, y le ha pedido que no "haga de la anécdota una categoría". Ha reconocido, a pesar de todo, la necesidad de "recuperar la confianza perdida por parte de los ciudadanos". "Nos escogieron para muchas cosas; en una no he estado a la altura", ha confesado.

 

Este enfrentamiento se ha producido solo unos minutos antes de que los dos se tengan que reunir en la Moncloa, en una ronda de encuentros que el líder socialista mantiene con los grupos que lo invistieron hace un año y medio para evaluar el apoyo parlamentario que tiene después del caso Cerdán. Este lunes fue el turno de Junts per Catalunya, que dio aire al presidente español, pero le exigió "garantías" del cumplimiento del Acuerdo de Bruselas, así como un nuevo interlocutor que sustituya a Santos Cerdán. Sumar ha pedido acabar con los aforamientos y vetar a las empresas corruptoras; mientras que Podemos y BNG han denegado la invitación a la reunión. PNV y Bildu se reunirán con Sánchez también este miércoles.