Es un gran espectáculo político ver el ruido y la furia de los partidos de la moción de censura —los que dan apoyo al gobierno español—, que promueven la derogación de la sedición para reencarnarla como delito de desórdenes públicos agravados. Ahora tambiémn quieren revertir la reforma del delito de malversación hecha por el Partido Popular en 2015 para evitar acciones como la consulta del 9-N de 2014. Si se salen con la suya, los beneficiarios serán los que algunos ya llaman la aristocracia del independentismo, los "25 cargos del 1-O", que señala El Mundo en el título principal de portada. La cuestión es que el tabloide ultra lo denomina "indulto encubierto", que es una contradicción conceptual —un indulto nunca es encubierto— que les sirve para hacer circular una bola y embadurnar moralmente la operación política de deshacer la reforma de 2015 y restablecer que, para cometer un delito de malversación, debe darse ánimo de lucro, el afán de enriquecerse ilegalmente uno mismo o un tercero. La reforma del PP borró del Código Penal el ánimo de lucro y lo sustituyó por "la administración desleal" de dinero público, concepto que los jueces pueden interpretar arbitrariamente.

Los cuatro diarios impresos de Madrid abren portada con este asunto. El Mundo y los otros dos del Trío de la Bencina aúllan porque sólo les complacen las reformas que castigan a sus enemigos —justa o injustamente, da igual— y el resto, para ellos, es ocultación, engaño y comedia. España se rompe. En cambio, El País hace una narrativa diferente. Titula remarcando los esfuerzos del PSOE para impedir que esta reforma se salga de madre, como dándola por hecha y al mismo tiempo contrarrestando el relato patriotero y revanchista de la derecha política, judicial y mediática. Se redefinirá la malversación, sí, pero no es lo que te piensas, cariño. Un detalle contradictorio: mientras ABC y El Mundo afirman que de la reforma saldría beneficiado José Antonio Griñán, el expresidente de la Junta de Andalucía condenado el el caso de los ERE, El País explica que no sería así porque el ex mandatario fue juzgado con el código anterior a 2015. La mentira (o la incompetencia) tienen las piernas muy cortas.

En las portadas de los diarios catalanes, diferencias. La Vanguardia lo publica en una columna discreta y abre con el saludo y cordialidades entre el presidente chino Xi Jinping y el estadounidense Joe Biden. Ha preferido no tocar ninguna campana hasta que no se aclare lo que en inglés se denomina fog of war, la niebla de la guerra: la confusión política, el griterío de la negociación y la cacofonía argumental. Una actitud muy vanguardia que consiste en caminar por el filo que afilan la condescendencia que supone suavizar el debate entre los lectores y la virtud de no marearlos con el vaivén del proceso parlamentario, que hoy es tal y mañana pascual.

El Periódico también lo hace circular por debajo de la portada con mucha moderación gráfica y conceptual ("el gobierno [español] se abre a reformar la malversación..."). Ara utiliza el mismo concepto sobrio y ponderado pero como título principal, bien grande. El Punt Avui edita uno de esos titulares pancarteros que no se sabe nunca si dicen que tal cosa se quiere o bien que se inicia la acción para obtenerla —en este caso la reforma del delito de malversación. Nos esperan unos cuantos días de jolgorio mediático, con unos diarios vendiéndolo como una traición y otros como un paso adelante en la pacificación de Catalunya. Si eso será así, ya veremos. Este show, esta pelea, durará hasta bien entrado el mes de diciembre. Ponte el cinturón para resistir la montaña rusa.

El País
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El Mundo
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ABC
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La Razón
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La Vanguardia
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El Periódico
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