Todas las portadas —ya era hora— se abren hoy con el estado de alarma que ocho gobiernos autonómicos habían pedido hasta ayer al gobierno central. Si se aprueba, estas autonomías decretarán el toque de queda en su territorio. El Govern sopesa imponerlo entre once de la noche y seis de la mañana. Quizá hoy y mañana son días para explicar esta y otras eventuales medidas restrictivas, que ahora son el único arsenal disponible para parar la cifra de contagios. Pero debemos esperar que los diarios peinen la acción de los gobiernos en meses precedentes y las portadas les ajusten las cuentas. Ya sabes, la esperanza es la última cosa que se pierde.

Por lo que se ve en las primeras páginas de hoy, sin embargo, más vale que busquemos silla cómoda para no esperar de pie. Al menos a la derecha impresa madrileña, tanto la derecha extrema como la extrema derecha. El Mundo y ABC torturan la realidad para que cante estos títulos de portada, donde resulta que es Sánchez quien obliga a las autonomías a que le pidan el estado de alarma. Ni la gramática se salva de la tortura. La manía de esos diarios para atacar al gobierno español apunta casi a paranoia, con perdón de los paranoicos, pobre gente. La manía es tan grande que si el estado de alarma se hubiera decretado para hoy, sábado, esos diarios habrían titulado que es para hacer pasar a los españoles una hora más de toque de queda con afán sádico y etcétera.

Hoy es un día para imaginar qué panorama de portadas tendríamos si todos los diarios se comportaran con la misma obsesión que esos dos. Los quioscos serían un infierno y los diarios, en las salas de estar o en las cocinas de las casas, objetos radioactivos de esos que en la serie Chernobil hacían enfermar a las personas y sonar agudo a los contadores geiger.

LV

EPC

EPA

AHORA

EP

ME

ABC

LR