La eurodiputada Clara Ponsatí ve el vaso medio lleno en el caso Juvillà. Con la posible retirada inminente del escaño al cupaire, Ponsatí ve "una oportunidad" para que "los que están a las instituciones puedan cambiar la situación y, a la vez, una oportunidad para el independentismo" para sumar unas fuerzas donde, observación, se tendrá que ver "si están y se pueden aprovechar". De esta manera, Ponsatí se define cómo "una de tantas que lo que pretenden es, como mínimo, subir la voz y decir la verdad" ya que considera que "hay que prepararse porque habrá más elecciones y alternativas y se tendrá que ver cómo evoluciona", en declaraciones en Radio América Barcelona. El viernes pasado la Junta Electoral Central fue directamente y retiró el escaño de Juvillà y emitió la credencial de la candidata que lo sigue en la lista con que la CUP contribuyó por Lleida a las elecciones del 14 de febrero. Aparte, exigió a la presidenta Laura Borràs que en el plazo de cinco días hábiles indique las medidas tomadas para retirar el escaño a Juvillà, condenado por no retirar lazos amarillos de La Paeria de Lleida cuando era concejal. Todo ello ha aterrizado hoy en la Mesa del Parlamento, en un contexto que Borràs ha descrito de extrema gravedad.

"Soy poco optimista con las decisiones de este Govern"

Ponsatí vuelve a lamentar lo que considera una relajación de los políticos independentistas actuales: "El combate de la independencia está latente pero no activo". Y en el ejemplo, pone la última sentencia de aplicar un 25% de castellano en las escuelas. La eurodiputada pone todas las miradas hacia su lado: "Hay una parte de los catalanes muy poco beligerante. Yo soy muy poco optimista con las decisiones que pueda tomar este Gobierno". Y por eso hace un llamamiento a la sociedad: "Creo mucho en la responsabilidad individual; eso es una agresión contra nuestros hijos o nietos. Reclamo que las personas, cada uno de nosotros y conjuntamente, nos pongamos de acuerdo a cada escuela o barrio y se reclame lo que es un derecho, educar a los niños en nuestra lengua". Ponsatí habla "de empoderar desde gobierno los derechos de las familias catalanas y los profesores y, al mismo tiempo, no negar que realmente sí existe un problema".

"El establishment europeo se nos quiere sacar de encima"

Si nos centramos en su faceta actual, Ponsatí recuerda que su papel principal es "explicar todas las instancias donde los derechos de los catalanes no se nos permite" opinar o expresar, basado en "una falta de derechos civiles". Desde las instituciones europeas, confía "girar esta situación", aunque lamenta que" desde el 1 de octubre, las instituciones europeas no tan solo no nos apoyaron, sino que se pusieron al lado de las autoritarias españolas". Un hecho que por eso, ahora, no le sorprende nada: "Ya lo sabíamos antes de presentarnos a las elecciones, y sabíamos que era complicado entrar en el Parlamento europeo". Ponsatí recuerda que sus abogados, también de Carles Puigdemont y Toni Comín, todavía "discuten el levantamiento de inmunidad en una batalla" donde todavía están inmersos y tendrán que esperar qué acaba diciendo la justicia europea: "Hay grandes esfuerzos de los españoles y el establishment europeo por sacarnos de encima". Por eso no niega la evidencia: "España es un país muy importante de la Unión Europea y sus diputados son muy influyentes en los tres grandes grupos parlamentarios mayoritarios, socialistas, liberales y populares, que participan de la persecución contra nosotros y saben que tienen una mayoría garantizada". Y enmienda que "los no españoles no los acuso de no demócratas pero sí están acondicionados por sus compañeros". A modo de ejemplo, cita los fondos europeos de recuperación, donde "no existen instancias de mediación entre los que los distribuyen y las empresas o ciudadanos catalanes que se tienen que beneficiar".