Ya en la víspera los Bukaneros, hooligans del Rayo Vallecano, se habían encargado de adornar el barrio humilde de Vallecas de Madrid con pancartas. "Vox non grato", se podía leer en una. "Pintando esta pancarta ya hemos trabajado más que tú", se podía leer en otra, al lado de un retrato de Santiago Abascal. Y así es como han recibido los vecinos la visita de los líderes de la extrema derecha. Vallecas es un feudo de izquierdas, un barrio pobre y lleno de mestizaje, de estos que los ultras denominan "estercolero multicultural". Y el movimiento vecinal y antifascista les ha dado la bienvenida que creían que se merecían: hacerles la vida imposible. Suerte que Abascal tenía más de un centenar de agentes de policía de su lado, que ha hecho el trabajo sucio.

¿El balance de la tarea policial? Según fuentes de los servicios de emergencias, el SAMUR ha tenido que atender al menos a 14 personas por "brechas, abrasiones y contusiones," todas leves. Entre ellos un policía con una luxación en un hombro. Ha habido tres traslados hospitalarios. Por otra parte, fuentes policiales informan de al menos dos detenciones.

Fotos: EFE

La extrema derecha ha decidido hacer de la presentación de la campaña madrileña un espectáculo, un show al nivel del protagonizado ya en ciudades catalanas y vascas. Por eso, dos horas antes ya había un gran dispositivo policial en torno a la Plaza de la Constitución de Vallecas, conocida popularmente como Plaza Roja y que es en gran parte un parque infantil. También controles contra algunos jóvenes en el metro. Una hora antes del acto los antifascistas ya han conseguido traspasar el cordón policial. Ha sido gracias al reportero ultra Cake Minuesa, que ha hecho ir de cabeza a los policías y los antifascistas han aprovechado la brecha de seguridad.

Ha sido poco más de cien simpatizantes de Vox llegados de fuera del barrio contra unos cuantos centenares de vecinos de Vallecas, si no miles. Detrás de un cordón policial, han rodeado a Santiago Abascal, Rocio Manasterio, Macarena Olona, Javier Ortega Smith y toda la tropa. Si han accedido es gracias al enorme dispositivo policial y de seguridad. Pero no ha habido bastantes decibelios en los altavoces para taparlo sin programas de edición. La policía ha tenido que hacer el trabajo sucio.

Los incidentes han empezado cuando Abascal, enmudecido por los gritos de los antifascistas, ha decidido bajar del escenario y enfrentarse a los manifestantes. Le han lanzado una botella de plástico, que el líder de Vox ha vendido un intento de "lapidación a pedradas". A partir de aquí, la policía ha ido dispersando a los antifascistas, que estaban quietos, simplemente gritando, sin intentar traspasar el cordón. Porrazos y detenciones. Eso no ha sido obstáculo para que Abascal haya denunciado que había "150 policías con las manos atadas por Marlaska". Una vez desalojada la plaza, se ha reanudado el mitin. Entonces sí que se escuchaba bien por los altavoces.

 

Cuando las cargas policiales son indiscriminadas, acaba recibiendo todo el mundo, también la prensa. Hoy en Vallecas les ha tocado a dos periodistas. Los principales enfrentamientos se han producido entre los antifascistas y la policía, cuando han empezado a dispersar. Los simpatizantes de Vox se han dedicado a provocar desde detrás del cordón policial que les protegía.

Los datos electorales dicen cómo es el barrio. En los colegios próximos a la Plaza Roja de Vallecas el PSOE sacó porcentajes superiores al 40% en las elecciones generales del 10-N. Las izquierdas rozaron proporciones del 70% en la mayoría de mesas electorales. YVox se movió en torno al 9 o 10%.

Santiago Abascal ha decidido marcar paquete con una performance marca de la casa. Las encuestas no les son del todo favorables a las elecciones madrileñas del 4-M, donde se podría ver sobrepasado por Isabel Díaz Ayuso hasta el punto de no alcanzar el 5% de votos necesarios. "Vallecas también es nuestra", ha proclamado el líder ultra a los cargos y militantes de Vox llegados de fuera del barrio

Foto: Nicolas Tomás

¿Con permiso o sin?

El acto de Vox ha sido objeto de controversia incluso de carácter administrativo. El Ayuntamiento de Madrid denegó el permiso a la formación ultra porque no había comunicado la petición de uso de la vía pública con tiempo suficiente. Lo solicitaron hace sólo dos días, sin "la antelación mínima necesaria para su tramitación y resolución en plazo". El reglamento municipal establece que para acontecimientos que supongan ocupación de la vía pública se tienen que comunicar con un mes de antelación o, en caso de urgencia, al menos quince días.

En cambio, desde el partido de Santiago Abascal recordaban que tienen la autorización de la delegación del Gobierno en Madrid para realizar su performance. Así que la extrema derecha exhibía la autorización y avisaba: "Mañana Vallecas se pondrá de pie para recuperar su seguridad y su prosperidad". Lo ha podido hacer gracias a la policía.