El presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha evitado hablar del elefante con barretina que tenía justo detrás durante el acto multitudinario de partido en La Rinconada, Sevilla, en el que ha estado acompañado de la ministra de Hacienda, Maria Jesús Montero, y el líder del PSOE andaluz, Juan Espadas, y en el que ha tratado de mostrar el músculo que todavía le queda en el socialismo andaluz a pesar de la guerra abierta en que tiene la actual dirección con Felipe González y Alfonso Guerra: Sánchez ha eludido cualquier mención a las condiciones que pone el independentismo catalán a cambio de su apoyo a la investidura socialista, que ha subido el precio esta semana con la demanda de un referéndum, y la única referencia a Catalunya ha sido que se ha limitado a sacar pecho que con el gobierno de coalición que ha liderado durante los últimos cuatro años, en Catalunya hay "más convivencia y concordia", mientras que con el anterior gobierno, del PP, estuvo la declaración unilateral de independencia en el Parlament.

En este sentido, el líder socialista ha continuado con la ofensiva directa contra el PP, que ya apuntaló con las comparecencias del diputado Oscar Puente a la investidura fallida de Feijóo, y ha señalado que los 'populares' "hace cuarenta años" que dicen que se rompe España, mientras que, apunta, el momento en el que "ha estado más cerca de romperse" fue con el gobierno de Rajoy, cuando ocurrió la DUI en Catalunya. Sánchez también ha aseverado que el "lema" de la derecha es "o gobierna el PP, o no gobierna a nadie", recordando que los 'populares' hace cinco años que "secuestran" la renovación del CGPJ, al considerar que el poder judicial "es suyo".

Relacionado con lo anterior, una ligerísima referencia al debate en torno a la aceptación de las demandas del independentismo catalán para su investidura —amnistía y referéndum— ha podido tener lugar cuando el líder socialista ha asegurado que el PSOE "no reparte carnés de constitucionalismo", pero que cumplen con ella, dice, "siempre", mientras que el PP no, remitiendo a la situación actual del órgano de gobierno de los jueces. "Después de la investidura fallida de Feijóo, tengo todavía más argumentos que nunca para que haya cuatro años más de derechos y convivencia", ha apuntado.

Da por hecho que será presidente

Ahora toca "la investidura real, no postiza, para que haya cuatro años más de gobierno socialista", ha señalado Sánchez, que parece que a pesar de las dificultosas negociaciones con el independentismo catalán y la escalada de tensión reciente con la subida del precio, ya se ve como presidente del Gobierno una legislatura más. El viaje que se empezó hace cinco años, ha dicho el socialista, todavía no ha acabado, tal como "dijo el 23-J", y ha puesto ya la mirada en la próxima legislatura.

Subir el SMI y nueva ley de paridad

Sánchez, que ya se ve de presidente, ha avanzado propuestas que presentará durante su investidura: subir el SMI al 60% del sueldo medio en España, modificando el Estatuto de los Trabajadores, reconstruir el Pacto de Toledo de las pensiones y una nueva ley de paridad para que "el 50% de la población tenga el 50% del poder político y económico". También, hacer de la vivienda la "gran causa nacional", para que sea "un derecho constitucional" y no un problema para mucha gente.

Montero reivindica el cambio del PSOE "al ritmo de la gente"

Justo en medio del conflicto entre la actual dirección del PSOE y la antigua guardia socialista por las concesiones al independentismo catalán, la ministra de Hacienda y vicesecretaria de organización, María Jesús Montero, ha cerrado filas con Sánchez y ha asegurado que formarán Gobierno "dentro del límite de la Constitución". Montero ha afirmado también que el PSOE se adapta al ritmo de la gente, porque son "pueblo", y que es lo que harán en los próximos días. "Es el momento de la política, la que construye, crea convivencia, une puentes", ha concluido Montero, en el que se presupone una mención soterrada a las negociaciones con Junts y ERC para la investidura.