El Parlamento belga ha reprochado a sus servicios secretos que no hayan controlado la actividad de los miembros del espionaje español que vigilan al presidente Carles Puigdemont desde que fijó su residencia en Bélgica. La cámara entiende que es competencia de los servicios de seguridad belgas controlar este tipo de actividad y exige que cumplan lo que fija la ley.

Las actividades de espionaje al president Carles Puigdemont fueron analizadas en la reunión de la comisión parlamentaria que controla los servicios de espionaje belga, el llamado Comité R, celebrada ayer lunes a puerta cerrada. Durante la reunión, según informa el diario a De Standarrd, se analizó un informe sobre la vigilancia española a Carles Puigdemont.

Este informe ha detectado varias irregularidades en la actuación de la policía belga. Así considera que es de su competencia supervisar las actividades de servicios secretos extranjeros al país, aunque no estuvieran espiando en Bélgica. Es por eso que la comisión reclama a la policía que cumpla la ley.

Esta situación, así como las conclusiones del informe, ha sido puesta en conocimiento del ministro belga de Justicia, Koen Geens.

Las autoridades belgas empezaron a investigar el verano pasado si los servicios secretos españoles hicieron seguimiento a Carles Puigdemont sin que este tuviera conocimiento, a raíz de una petición que hizo el partido flamenco N-VA.

El geolocalizador

Hay diferentes pruebas que certifican el espionaje español, como la presencia de un geolocalizador enganchado al coche que utilizaba Puigdemont en Bélgica —un Renault Espace— que transmitía la información sobre la posición del vehículo a través de dos tarjetas SIM compradas en España.