El PSC, a favor de infiltrar agentes policiales. Durante los últimos meses se han ido destapando varios escándalos que implican la infiltración de agentes del cuerpo de la Policía Nacional española en organizaciones del activismo independentista y de izquierdas. Primero fue el caso de Marc Hernández Pons, quien participaba en asambleas de movimientos sociales, así como al Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes y a la Juventut Republicana; al principio de año, era Daniel Hernández Pons quien se hizo un lugar dentro del movimiento libertario y anarquista; y la semana pasada se destapó el caso de una funcionaria del cuerpo que había pasado desapercibida por diferentes movimientos sociales y ecologistas de Madrid.

La reacción del Gobierno a la práctica ha sido siempre la misma: salir a la defensiva. Lo hizo el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, cuando justificó esta práctica porque "no se persiguen las ideologías, las ideas, sino que se persiguen hechos", y reivindicando que los agentes "cumplen en todas sus actuaciones los principios de legalidad". También Unidas Podemos ha pasado de puntillas, votando en contra de la comparecencia del ministro para dar las explicaciones pertinentes.

Este jueves, en el Parlament, el PSC ha demostrado de qué pie calza, situándose al lado del Gobierno. Y es que los socialistas han votado a favor de una moción de Cs, y que habían redactado conjuntamente con enmiendas, en las que se defiende esta práctica. El texto ha instado a la cámara catalana a valorar como "imprescindible" que todos los cuerpos y fuerzas de seguridad "puedan infiltrar agentes en todas aquellas organizaciones de las que existan indicios razonados que tienen como objetivo la comisión de crímenes o la pretensión destruir nuestra democracia, y apoya las actuaciones en este sentido que, naturalmente, se desarrollen en el marco de un cumplimiento estricto de la legalidad y que persiga presuntas conductas ilícitas y no ideologías". La propuesta, eso sí, ha quedado tumbada por la oposición de ERC, Junts y la CUP, y también de los comuns, que esta vez sí que se han plantado ante los socialistas.

Duras críticas del independentismo

El movimiento socialista ha recibido una reacción contundente por parte del independentismo. La portavoz de ERC, en un tuit, ha acusado al PSC de "poner alfombras rojas a la derecha y la extrema derecha por justificar intromisiones y filtraciones de la policía" a movimientos políticos y sociales. "Y no les cae la cara de vergüenza... ¡qué escándalo!". El diputado Jordi Orobitg, en una línea similar, ha tachado el paso de "impropio de un partido democrático". "Esta enmienda avala una praxis policial propia de un estado fascista", ha disparado en otro tuit. Y durante su intervención, la diputada Lluïsa Llop ha vinculado esta posición con el espionaje masivo del CatalanGate: "En un Estado democrático no se espía a la ciudadanía ni los movimientos políticos democráticos ni se infiltra gente a las organizaciones juveniles".

De su banda, la diputada de Junts Jeannine Abella ha expresado su rechazo total a una moción en la cual "saben leer entre líneas": "Poner la ANC, Òmnium y los partidos independentistas era demasiado atrevido", ha dicho, antes de recordar, como los republicanos, que ya se está haciendo. Y el diputado de la CUP Xavier Pellicer ha recordado, a pesar de la "bofetada" de la comisión Pegasus de l'Eurocambra, evidencian que "todo vale contra el independentismo, contra la organización y la movilización social" para un PSC contra aquellas opciones que son "enemigo interno".