Continúa la trifulca entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el díscolo presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. El dirigente socialista castellanomanchego ha reprochado este jueves al presidente las referencias a la corrupción de los Gobiernos de Felipe González durante la sesión en el Congreso de ayer miércoles en la que Sánchez compareció por el escándalo de corrupción de Santos Cerdán. Page ha aseverado que fue "innecesario" y ha disparado contra el líder de su partido una vez más: "Francamente, muy mal", ha valorado. El manchego también ha salido en defensa de González, presidente español entre 1982 y 1996, y ha asegurado que "ningún gobierno es infalible".

En su comparecencia este miércoles ante el Congreso por el escándalo del caso Cerdán, Pedro Sánchez aludió las situaciones equivalentes que protagonizó el Gobierno de Felipe González. Pese a comenzar definiendo a su predecesor como "un gran presidente" que "hizo grandes cosas", Sánchez señaló que "por desgracia" su gestión "también sufrió el zarpazo de la corrupción". Asimismo, el actual presidente del Gobierno citó los casos del exdirector de la Guardia Civil Luis Roldán, del exgobernador del Banco de España Mariano Rubio, de "un vicepresidente que tuvo que dimitir", en referencia a Alfonso Guerra; y ministros y secretarios de Estado que "tuvieron que dimitir", en lo que se interpreta como una alusión a los condenados por los GAL José Barrionuevo y Rafael Vera, a quienes Felipe González acompañó a las puertas de prisión.

"Eso también sucedió, en un gran Gobierno como el de Felipe González. Hizo grandes cosas por España, modernizó nuestro país, dio lugar a España en el mundo y en Europa, pero por desgracia, en materia de corrupción no fue perfecto, no fue infalible", apuntaló Pedro Sánchez. A lo que añadió que el suyo es el Gobierno "más limpio" de la democracia junto al de José Luis Rodríguez Zapatero, una de las figuras de la vieja guardia del PSOE que es afín a Sánchez y acude al rescate cuando el presidente lo necesita para mediar con el independentismo catalán o para azuzar los mítines en las campañas electorales.

González, azote de Sánchez por sus pactos con el independentismo

La realidad es que la relación entre Felipe González y Pedro Sánchez es complicada. El exdirigente apoyó primero a Eduardo Madina en las primarias socialistas de 2014 y luego a Susana Díaz en las de 2017; y a lo largo de los últimos años ha sido un crítico constante con los pactos entre el PSOE de Sánchez y el independentismo catalán. Primero fue escéptico con los indultos y después se opuso frontalmente a la amnistía al procés, que considera una "autoamnistía" a cambio de los votos para la investidura, la ve como un acto de corrupción política que va a legitimar que pueda repetirse el 1-O y cree que es una forma en la que el Estado se rinde y pide perdón. Recientemente, el histórico dirigente socialista también amenazó con no votar al PSOE en las próximas elecciones. Por contra, González mantiene una buena relación con Page y, de hecho, ambos han pedido a Sánchez que disuelva las Cortes y convoque elecciones ante la situación de debilidad en la que se encuentra el Ejecutivo. Una posición que el manchego defendió en el último congreso del partido, enzarzándose en una trifulca dialéctica con el ministro Óscar Puente.