Este lunes era el turno de Xavier Trias y Oriol Junqueras como comparecientes en la comisión de investigación de la operación Catalunya. Su paso por el Congreso de los Diputados, en vez de poner más luz a la oscuridad de las cloacas del Estado, ha servido para constatar la falta de confianza en la justicia española en el independentismo y la incomodidad que genera a PP y Vox la presencia en la cámara española de un organizador del referéndum del 1-O. Ha servido, también, para descubrir un nuevo universo de esta operación orquestada por el Gobierno de Mariano Rajoy para aniquilar a adversarios políticos: el peso que ha tenido el catolicismo en la relación que han mantenido algunos de sus personajes. Los comuns, por su parte, han demostrado no tener el coraje de dar la cara ante el exalcalde de Barcelona, a quien arrebataron la vara de alcalde en 2015 después de haberse aprovechado en campaña de las informaciones falsas publicadas en la prensa española. Tanto Trias como Junqueras han señalado a Rajoy y a Jorge Fernández Díaz como cerebros de la operación Catalunya.
El primero en comparecer ha sido Xavier Trias. Ha sido bien claro desde un principio: “No confío en la justicia, no quiero indemnizaciones, sino disculpas”. El exalcalde de Barcelona, que hace unos días se abrió a presentar una querella contra los perpetradores de la operación Catalunya, este lunes ha enfriado la posibilidad de hacerlo. Según explica su entorno, no quiere lanzar el dinero a la basura si la justicia tiene que acabar archivando nuevamente el caso. Es por eso que esta vez ha buscado algo posiblemente todavía más difícil: que el PP pasara “vergüenza” y que le pidiera perdón. Durante su discurso, ha reconocido estar profundamente decepcionado con Mariano Rajoy y Jorge Fernández Díaz, dos personas con quienes llegó a tener una cierta “amistad” durante los cuatro años que ejerció como diputado en el Congreso; especialmente con el segundo.
El exalcalde de Barcelona ha relatado cómo el exministro del Interior le había invitado a reuniones de diputados católicos y ha dado un golpe encima de la mesa cuando ha recordado un momento clave de su relación con el cerebro de la operación Catalunya: “Con Fernández Díaz fui a visitar al Papa”. El popular pidió al convergente que le acompañara al Vaticano para conocer el Santo Padre. Y años más tarde orquestó una guerra sucia contra el independentismo que situó a Trias como la primera víctima conocida de esta trama. “No se puede ser católico y actuar así; no podemos utilizar unas herramientas que son absolutamente ilegales”, ha manifestado en una comparecencia en la que lo ha tachado de “malévolo”. “Pero yo me pongo en la cabeza de un ministro que habla con el ángel de la guarda, que le dice que Trias es la representación del mal por ser un independentista y que hay que cargárselo”, ha añadido.
También ha relatado que Trias y Fernández Díaz se han cruzado alguna vez en la calle. Y se han saludado. Y han mantenido breves conversaciones con un tono cordial. Y el exalcalde de la capital catalana ha explicado que el exministro del Interior le ha confesado que, como católico, esta trama le ha generado muchos quebraderos de cabeza y le ha colocado en una “situación complicada”. Trias ha añadido que un creyente tendría que disculparse. “Y yo, también como católico, por mucha rabia que tenga dentro, lo perdonaría”, ha sentenciado.
Los comuns, ausentes ante Trias y presentes ante Junqueras
Trias, en su comparecencia, ha exigido disculpas al PP; y también a los comunes. Ha lamentado que Ada Colau no le haya pedido nunca perdón por haber utilizado en la campaña municipal del 2015 la información falsa publicada en El Mundo que explicaba que el alcalde de Barcelona tenía escondidos 12 millones de euros en Suiza. Colau ganó aquellas elecciones y se convirtió en la nueva alcaldesa de la capital catalana. En la comparecencia de Trias no ha aparecido ningún miembro de los comuns, ni de Podemos ni de Sumar.
Sí que lo han hecho en la comparecencia de otro católico, Oriol Junqueras. Este hecho ha iniciado el primer enfrentamiento entre el presidente de Esquerra Republicana y el diputado de Vox Ignacio Gil Lázaro. El diputado ultraespañolista ha sido el quinto parlamentario con turno de palabra. Sin embargo, en vez de hacer un pregunta-respuesta al exvicepresident del Govern, ha optado por pronunciar un discurso y desentenderse de la contestación. Gil Lázaro ha empezado criticando a Gerardo Pisarello, “un diputado que ahora es de Sumar y antes de los comuns y también lo ha sido de Podemos”, por no haber asistido a la anterior comparecencia —la de Xavier Trias— y no haber pedido disculpas al exalcalde de Barcelona.
“Y usted antes era del PP”, le ha espetado Junqueras para recriminarle la crítica a Pisarello por haber confluido con formaciones diferentes. “¿¡Y qué, y qué!?”, ha gritado el diputado de Vox, que también se ha indignado cuando el exvicepresident del Govern de Carles Puigdemont lo ha acusado de estar dando un “mitin”. “¡Hágalo callar!”, le ha exigido a gritos el diputado al presidente de la comisión, el socialista catalán Arnau Ramírez. Finalmente, Junqueras ha recriminado al representante de Vox que no viniera a la cámara a hacer “parlamentarismo” y que se limitara a leer un discurso escrito previamente y se negara a debatir con él.
Junqueras no ha tenido solamente un roce con Vox. También lo ha tenido con el diputado del PP Rafael Hernando. Los populares se han cabreado cuando el republicano ha hecho un repaso de los casos de corrupción del partido durante la etapa de Mariano Rajoy. Hernando ha interrumpido la comparecencia de Junqueras en más de una ocasión. Y el líder de ERC lo ha vacilado recomendándole respirar y coger aire.
Junqueras pide llevar la operación Catalunya a la Fiscalía y apunta a Rajoy
Junqueras, preguntado por el PSOE en esta comparecencia, ha señalado a Mariano Rajoy y a Jorge Fernández Díaz como evidentes cerebros de la operación Catalunya. En todo caso, el mensaje que ha querido lanzar en esta comisión ha sido su presión a los socialistas para que redacten unas conclusiones de esta comisión que incriminen claramente al expresidente del Gobierno y a la excúpula de Interior. Y que eleve el texto a la Fiscalía para que inicie una investigación. “Tienen el deber moral y político de hacerlo”, ha señalado el republicano durante su comparecencia. Por muy católico que también sea, y a diferencia de Xavier Trias, Junqueras ha respondido a una pregunta de Gabriel Rufián que él no espera el “perdón” por parte del PP. “Lo que hace falta es justicia”, ha sentenciado.